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El secretario de Relaciones Parlamentarias e Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete y referente del Movimiento Evita, Fernando «Chino» Navarro, destacó la importancia de «asegurar la comida» para los sectores más vulnerables, y advirtió que hay que «pensar el día siguiente de la cuarentena y desde el trabajo recuperar a los sectores que están en la pobreza».

En una entrevista con Télam, Navarro sostuvo que en el conurbano bonaerense «hoy hay un alto grado de acatamiento, de conciencia social, de respeto» a la cuarentena, afirmó que cuando termine la pandemia «seguramente va a haber más pobres» y destacó que ve al presidente Alberto Fernández «como lo ve la mayoría de los argentinos: sensato, tranquilo…».

– Télam: ¿Cómo ve la situación en el conurbano bonaerense en el contexto de la pandemia de coronavirus?.

– Navarro: Veo un grado de conciencia social muy importante de los sectores populares, que es habitual cuando uno recorre un barrio un día de semana o fin de semana, mucha adhesión y acatamiento a la cuarentena. La cuarentena en el conurbano es compleja en algunos barrios por situaciones de hábitat, de comodidades de los vecinos. Es muy difícil hacerla en la propia casa, a veces la hacen en la vereda, en el patio que tiene adelante la construcción o en el fondo, o en algún espacio libre del barrio. Pero en general lo que uno ve es una gran adhesión, un compromiso. Hay excepciones, por supuesto, de barrios más complicados que otros, pero en lineas generales, me sorprende todos los días. Estuve el miércoles en el Barrio San Jorge, en Florencio Varela, por ejemplo, es un barrio popular, y a las 11, 12 del mediodía no había un alma en la calle. Eso en general, se repite en todos los barrios. ¿Eso significa que hay que subestimar la situación, que ya está resuelto? No, es día a día, hay que estar encima, con tareas de prevención, con tareas de asistencia, los comedores, la ayuda que da el Estado a partir de la AUH (Asignación Universal por Hijo) o refuerzos, o el plan de 10.000 pesos, el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) , todo eso también ayuda.Y la dinámica es día a día, uno no puede garantizar que esto sea siempre.

– T: ¿Cuáles son las zonas, los barrios más vulnerables en el conurbano?

– N: Los complejos habitacionales, La Tablada, Fuerte Apache, que se llama General San Martín y a los vecinos no les gusta que se diga Fuerte Apache, todo ese tipo de complejo es difícil. San Petesburgo, Puerta de Hierro, también en La Matanza, La Cava, de Forito, algunos lugares en San Martín, en Moreno.

– T: ¿Qué ayuda llega a esos lugares, de qué modo?

– N: Barrio cuida al Barrio es un programa nuevo que recién se está empezando a implementar, diseñado en Desarrollo Social y todos colaboramos para que se ponga en práctica. La primera ayuda es la AUH, que llega mensualmente, los programas sociales, alguna jubilación o pensión que también se cobra en los barrios más humildes, los refuerzos económicos que tuvo la AUH y los programas sociales, ahora se va a pagar el IFE. Es un aporte económico que le resuelve a esas familias no todo el mes, pero le permite afrontar el tema de los alimentos. Y después están los comedores.

– T: ¿Cuántos comedores populares hay?

– N: No exagero si digo que en todo el país debe haber hoy entre organizaciones sociales, iglesias y comedores que van surgiendo naturalmente, que son ollas populares, debemos estar por encima largo de los 10.000. Mucho más de 10.000 en todo el país.

– T: ¿Aumentó el número de comedores populares a partir de la pandemia?.

– N: Sí, por supuesto. Porque si hay una cuarentena donde no se puede trabajar: la familia que hace una changa, la señora que era empleada doméstica, que trabajaba en limpieza en algún lugar, el señor que trabajaba en la obra en construcción, que vendía, que era carrero, que tenía un almacén, que trabajaba en un puesto en la feria La Salada, por ejemplo, que es lo que ocurre en el fondo de Santa Catarina. Esa gente está sin trabajar y no tiene ingresos consecuencia de su trabajo. Tiene el ingreso que le aporta el Estado, eso hace que se haya duplicado o mucho más la demanda de alimentos.

– T: ¿Qué va a pasar con la pobreza después de la pandemia?

– N: Seguramente va a haber más pobres. Dar un número sería muy irresponsable. Pero si llegamos a la situación de la pandemia con casi un 40 por ciento de pobres, todo indica que cuando se retire la pandemia, en el marco de una cuarentena que ha casi congelado o restringido la actividad económica, y eso es correcto porque se optó por preservar la vida y no el trabajo, para que cuando termine la pandemia esa persona que no trabaja vuelva a trabajar porque está sano, porque conservó la salud, seguramente va a haber más pobreza, no me cabe duda.

– T: ¿Hoy lo más importante es la asistencia alimentaria?

– N: El tema de la comida es muy importante, que podamos resolverlo para garantizar que los comedores y merenderos y las iniciativas de organizaciones populares funcione, pero no puede ser el objetivo nuestro. Nosotros tenemos que pensar el día siguiente de la cuarentena y desde el trabajo recuperar a los sectores que están en la pobreza. No me gusta tener como estrategia, como horizonte de largo plazo los comedores. Quisiera, y creo que la mayoría de los argentinos que viven en barrios humildes piensa lo mismo, trabajar. Ganar el salario, la mujer o el hombre con su trabajo, con su esfuerzo.

– T: ¿Con quiénes interactúan en ese trabajo en el territorio en el conurbano?

– N: Primero con el intendente, y después lo que surge en cada barrio. Hay barrios en los que hay curas que tienen su capilla, hay pastores evangélicos, casi siempre hay organizaciones sociales. Hay vecinos que se organizan en el club, en una sociedad de fomento, o que se organizan en torno a una señora o señor que tiene más iniciativa y conforma una olla popular, cosa que he visto en los últimos días. Van apareciendo ollas por fuera de cualquier organización preestablecida y que empieza a aparecer una nueva organización en cada barrio.

– T: ¿Cómo lo ve al presidente?

– N: Lo veo como lo ve la mayoría de los argentinos, sensato, tranquilo, preocupado por cada uno de los 44 millones de argentinos. A veces se lo puede criticar que conteste personalmente las redes sociales, pero eso también habla positivamente de una persona que es sensible y que le afecta cualquier planteo de cualquier persona que está en el extranjero, de un trabajador, de un empresario. Me parece que el consenso que está obteniendo la sociedad es el reflejo de lo que esa sociedad requiere en este momento y percibe en el presidente.