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El rock, a pesar de todo, siempre sonó en la radio como el testimonio de una joven generación que necesita hacer aflorar una mirada rebelde del mundo en momentos difíciles.

Y ese sentir dejó una gran impronta cultural en la Argentina gobernada por la última dictadura genocida, que a pesar de la censura que impuso no logró acallar las melodías que sonaron en un tiempo que no fue “libre ni hermoso de verdad”.

“Ayer nomás”, de Los Gatos, “Me gusta ese Tajo”, de Pescado Rabioso y “Viernes 3 AM” de Serú Girán, fueron algunas de las canciones del rock nacional que fueron censuradas por la dictadura.

Pero con la guerra de Malvinas, el régimen censuró en las radios las canciones en inglés, y el rock nacional volvió a sonar en el dial y emergió una vez más como un bálsamo, en un país que comenzaba a salir de la larga noche del terror.

Fue el resurgir de Charly García con “Clix Modernos” y de Spinetta Jade con “Kamikaze” o “Bajo Belgrano”, que en medio de la campaña electoral de 1983 se conjugaban con los nuevos sonidos de Soda Stereo, Virus y los Twists.

Eran los tiempos de las FM, que surgieron con fuerza en los primeros años de la presidencia de Raúl Alfonsín, en radios como Del Plata, la Rock and Pop y Belgrano, donde el rock nacional se convirtió en la banda de sonido del retorno de la democracia.