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Hans Humes, CEO del grupo Greylock.

La reciente negociación para la reestructuración de la deuda argentina que terminó en un acuerdo fue «más complicada» que la de 2005, debido a que los grandes fondos de inversión mostraron en esta ocasión una postura de mayor «agresividad», dijo Hans Humes, CEO del grupo Greylock.

En un seminario organizado por Forbes, Humes se refirió a las negociaciones para el canje de deuda emitida bajo legislación extranjera que condujo el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la comparó con el proceso de hace quince años.

«Esta negociación fue más complicada que la que tuvo la Argentina en la operación de deuda del 2005 desde el punto de vista de los fondos de inversión, especialmente porque fondos muy grandes resultaron ser más agresivos que antes», dijo el titular de Greylock, uno de los grupos con los que el país debió negociar el canje.

Es una cultura más agresiva de lo que estaba acostumbrado a ver en materia de deuda soberana

Hans Humes

A juicio de Humes, esa agresividad resulta novedosa, debido a que considera a esos grandes grupos, como Blackrock, como fondos de inversión que esencialmente no son parte del universo catalogado como buitre.

«Nunca habíamos trabajado con grandes fondos siendo tan agresivos y empujando su punto de vista. No fue cosa de fondos buitres sino de fondos muy grandes que quieren empujar sus intereses en el proceso», expresó Humes, al comparar a Blackrock con los grupos de tenedores duros a los que no les interesa negociar sino litigar en las cortes para obtener al máximo sus retornos de inversión.

«Es una cultura más agresiva de lo que estaba acostumbrado a ver en materia de deuda soberana», opinó.

Humes participó en numerosas reestrucuraciones de deuda en los ultimos 25 años, entre las que se destacan las que llevaron adelante Grecia, Rusia, Argentina y otros países de America Latina.

Para Humes, «Blackrock estuvo muy duro, cada fondo tiene su responsabilidad fiduciaria, pero nunca habíamos visto a los grupos tratando directamente con los gobiernos».

Y fue más complicado, continuó, porque «contrataron representantes con experiencia en reestructuraciones corporativas high yield de Estados Unidos», muchas de la cuales se consolidaron tras la crisis mundial del 2009.

El papel de la Argentina

Por el lado del Gobierno argentino, Humes opinó que el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, «ajustaron el modo de negociar con el objetivo de alcanzar un acuerdo», y recordó la distancia existente entre la primer oferta respecto de finalmente acordada.

Martín Guzmán

Martn Guzmn

Sobre el papel de los funcionarios argentinos, dijo que «se aprendió mucho de lo que pasó en el 2005, que dejó la puerta abierta para que entre Elliott (el fondo de Paul Singer) con los juicios».

Asimismo, de cara al futuro económico del país, consideró que «esta transacción le dio mucho espacio a la Argentina».

«Los flujos de inversiones van a depender de la marcha de la economía global pero pienso que puede haber inversiones atractivas» opinó el Ejecutivo, quien no descartó que la Argentina también pueda «volver a los mercados entre 12 y 18 meses».

Respecto de las negociaciones de la Argentina con el FMI opinó que «serán complicadas; es más sencillo negociar con el FMI después de haber negociado con nosotros, pero va a ser complicado», expresó.

En este sentido, apuntó a que «Guzmán tiene buena relación con (Kristalina) Georgieva y eso ayuda, pero hay muchos puntos de vista en el FMI.

La propuesta de Stiglitz

Por último , se mostró pesimista respecto de la última propuesta el premio Nobel Joseph Stiglitz, quien recomendó al FMI comprar deuda de países en crisis para alivianar la carga que deben enfrentar esas naciones.

«Creo que Stiglitz es muy buen académico pero ciertas ideas viables en papel escrito no las veo viables en el mundo real», sostuvo Humes.

«El Tesoro de Estados Unidos no quiere meterse en mercados de este tipo y el FMI no debe asumir ese rol en el proceso», concluyó Humes.


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