Al menos ocho personas murieron en Nueva Zelanda por el ciclón Gabrielle, entre ellas una niña de dos años que fue arrastrada por las aguas, informaron este viernes las autoridades locales.
La tormenta se desvaneció en el Pacífico Sur pero dejó tras de sí un rastro de destrucción y sufrimiento en la Isla Norte, una de las dos principales de Nueva Zelanda, según reportó la agencia de noticias AFP.
Cerca de 10.000 personas tuvieron que desplazarse y varias ciudades y pueblos siguen sin electricidad ni agua potable.
Según las administraciones locales, hay decenas o incluso centenares de comunidades a las que todavía no se pudo contactar.
La policía confirmó este viernes una octava muerte como consecuencia de la tormenta, una persona que se cree falleció «tras quedar atrapada en el agua de la inundación».
En la región de Hawke’s Bay, duramente golpeada, Ella Louise Collins, su marido y sus dos hijos quedaron atrapados en su casa de una sola planta cuando llegaron las aguas.
«El agua estaba a unos diez centímetros del techo de nuestra casa y subió de forma extremadamente rápida y violenta», escribió Collins en Facebook el jueves.
El primer ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, recorrió el viernes esta región.
«Hay algunas personas que se encuentran en un estado muy, muy frágil (…) Solo pido a la gente que siga adelante, superaremos esto. Saldremos de esta», afirmó.
Según las autoridades, 62.000 hogares de todo el país seguían sin suministro eléctrico el viernes.