El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina, sostuvo que el sector agropecuario «está con la capacidad contributiva al tope» y advirtió que debido a la brecha entre los valores de los distintos tipos de dólar en el país, se pagarán más caros los insumos que necesita la producción rural.
Pelegrina, ingeniero agrónomo graduado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), negó en una entrevista exclusiva con Télam que el productor de soja esté reteniendo las ventas a la espera de una eventual devaluación y si bien elogió la estrategia del gobierno para contener la pandemia de coronavirus, pidió la creación de un consejo de economistas para resolver los temas pendientes.
T- ¿Cómo afecta la pandemia de coronavirus al sector agropecuario?
DP-. En el contexto internacional nosotros vemos una oportunidad a mediano y largo plazo, porque va a seguir habiendo demanda de alimentos. En la medida que nos podamos presentar como un país confiable y con diversidad y calidad de productos, vamos a poder atenderlos. Pero en el corto plazo, las afectaciones se vieron en la baja de precios, por problemas en comercio y por los países cerrándose.
En el plano nacional, nos afecta en la capacidad de colocar nuestros productos en el mercado interno. De muchas producciones argentinas, el 80% se consume en el mercado interno, entonces al haber menor capacidad de compra del consumidor, vemos problemas y eso se está viendo en algunos cluster como el de lácteos.
Hay una tendencia de que se sobreoferte en el mercado. Si no tenemos salida de esa producción hacia la exportación, claramente hay un deterioro de precios y empezamos a arrastrar las cadenas para atrás. En el largo plazo nos afecta la crisis económica, por encima de la crisis que ya traíamos.
Hay un sector en marcha con la capacidad contributiva al tope, no da para más impuestos y va a haber pujas como ya estamos viendo.
Vamos a tener un futuro de fricciones, seguramente duras, porque no vemos un correlato, una solución al primer problema que tiene esta desestructura económica que tiene la Argentina, que es un gasto público que no se puede sostener con la actividad privada que tenemos ahora.
Si vamos a tener una caída como se está previendo del PBI del 7% u 8 %, algunos la prevén más grande, claramente va a haber problemas de fricciones grandes por más impuestos. Ya lo estamos viendo, con tendencias totalmente contrarias a lo que el mundo está haciendo, que es bajar impuestos y dar competitividad.
T-. ¿Cómo afecta al sector agropecuario la brecha entre los valores del dólar Banco Nación con el bolsa y el contado con liqui, como también al tipo de cambio al que cobran los productores?
DP-. Es terrible. Es una mochila de plomo que tiene el sector agroindustirial argentino con el que tenemos que competir todos los días. En la soja, con el tipo de cambio oficial, nosotros recibimos un 33% menos. Nuestros insumos, que es un tema que llevé a la reunión con el ministro (Luis) Basterra, si bien por Ley tienen que estar vinculados al dólar oficial, siempre los tipos de cambio que flotan hacia arriba y por una cuestión de economía, si alguien quiere protegerse o hacerse de dólar los tiene que comprar al contado con liqui, entonces la economía tiende a arbitrar hacia un valor cercano hacia eso o intermedio entre el oficial y eso.
La cuestión es que terminamos pagando nuestros insumos mucho más caros. A medida que se va yendo el tipo de cambio del contado con liqui o MEP (dolar bolsa), va tirando hacia arriba el costo de nuestros insumos.
Entonces, se produce un descalce cada vez mayor en nuestra estructura de rentabilidad.
Compramos a cerca de 100 y vendemos a 30. Es un descalce que va cerca del 70%.
Hay sectores de la Argentina que no van a poder sembrar soja con este nivel de descalce, y no resisten la relación entre costos e ingresos
T-. ¿El campo está reteniendo soja a la espera de una devaluación?
DP- No. Lo que se cobra hoy es toda la cosecha de junta de un año y hay que administrarlo para pagar lo de todo el año y para poder hacer las inversiones en su momento oportuno, comprar los insumos, las semillas y si hay previsto inversiones propias. Si vos tenés ese ingreso en ese momento y no tenés opción de colocación financiera, no podés comprar divisas, que hacés? Bueno, no vendo, me quedo con lo que yo sé, que conozco, y a partir de ahí voy administrando las ventas para hacer las inversiones, pagar los sueldos, vivir.
El productor agropecuario en su mayoría es una pyme que necesita para poder evolucionar y vivir durante todo el año, administrar su ingreso.
Entonces, está en la naturaleza y no hay otra manera de defenderse. No hay una retención, es cuidar lo propio para seguir adelante.
T- ¿Qué análisis hace de las acciones del gobierno respecto de la pandemia, con planes de apoyos a pymes, créditos para pagar sueldos?
DP- En cuanto a la pandemia, los resultados se van logrando: se logró aplanar la curva, generar las capacidades sanitarias para poder atender los picos, que se prevé que va a haber. El Gobierno ha escuchado a los que saben y pueden ayudar, pero no sucedió lo mismo en la economía, porque todavía no se ha conformado un consejo de economistas, empresas,sindicatos, para que escuchen en los problemas que nos estamos metiendo.
Las medidas son sin proyección. Se va haciendo lo que se puede pero no alcanza. Además, son a destiempo, están llegando tarde a las empresas. Está todavía todo por verse.