«Nuestra respuesta al Covid-19 debe respetar los derechos y la dignidad de las personas de edad», dijo António Guterres, el secretario general de la ONU al presentar, hoy, una iniciativa para abordar el problema que afrontan los adultos mayores durante y luego de la epidemia de coronavirus.
En el contexto de la discriminación por edad, la autonomía para las personas mayores, las disparidades en la protección social y la atención médica durante la pandemia, así como la falta de poder de decisión, Guterres indicó que para las personas mayores la crisis está exacerbando las brechas existentes en la protección de los derechos humanos, sociales y económicos.
«Necesitamos defender ahora los derechos de las personas mayores», dijo Rosa Kornfeld-Matte, experta independiente de la ONU.
«La gerontofobia generalizada, el miedo a la degeneración propia y la muerte relacionada con la edad alimentan los prejuicios, la discriminación y la negación de los derechos humanos en la edad avanzada”, agregó.
«Como persona de edad que soy, estoy profundamente preocupado por la pandemia a nivel personal, y por sus efectos sobre nuestras comunidades y sociedades», dijo Guterres; e indicó que las personas mayores contribuyen «inconmensurablemente» a sus familias y comunidades, sacrificando comúnmente su propio bienestar para cuidar a los demás, incluida la ayuda a hijos y nietos.
«Nuestra respuesta al Covid-19 debe ser consciente de todos estos asuntos y debe respetar los derechos y la dignidad de las personas mayores. Ninguna persona, joven o vieja, es prescindible», destacó Guterres.
«Las personas mayores tienen los mismos derechos a la vida y la salud que todos los demás», explicó, luego, el responsable de las Naciones Unidas.
«Las decisiones difíciles en torno a la atención médica que salva vidas deben respetar los derechos humanos y la dignidad de todos».
Y aunque el distanciamiento físico es crucial, recordó que «somos una comunidad y todos nos pertenecemos el uno al otro».
Más allá del impacto inmediato en la salud, la pandemia está poniendo a las personas mayores en «mayor riesgo de pobreza, discriminación y aislamiento», aseguró Guterres antes de augurar que lo más probable es que tales riesgos causen «un impacto particularmente devastador» en los países en desarrollo, donde los servicios de salud pública y protección social se verán probablemente abrumados por el virus.
«Para superar esta pandemia juntos, necesitamos un aumento en la solidaridad global y nacional, y las contribuciones de todos los miembros de la sociedad, incluidas las personas mayores», concluyó.