Protocolos, medidas de seguridad y mucha venta online, en varios locales comerciales de la avenida Santa Fe que levantaron “a medias” sus persianas para retomar la actividad tras las medidas anunciadas por el gobierno porteño, que autoriza la apertura de comercios de indumentaria y calzado bajo restricciones, medidas de higiene, distanciamiento, y sin probadores.
En la mayoría de las vidrieras pueden visualizarse carteles que advierten sobre las compras online, por whatssapp y la entrega a domicilio, pero los locales están, por lo general, vacíos.
Muchos comerciantes manifestaron que esperan que la apertura aumente sus ventas, pero expresaron la dificultad de vender a través de las redes sociales, o desde la puerta del local sin que la gente pueda probarse la mercadería.
Además, contaron que esta nueva modalidad requiere el doble de trabajo ya que deben estar constantemente respondiendo varias consultas que los clientes realizan online sobre talles, materiales, medidas, entrega, cambios o devoluciones.
Una empleada de la zapatería ubicada al 2.000 de la avenida Santa Fe dijo a Télam que “estamos constantemente subiendo a las redes sociales fotos de los productos y respondiendo dudas”.
También dijo que si bien abrieron el local, atienden desde la puerta y sin que el comprador pueda probarse, lo que promueve que “muchos no realicen la compra por inseguridad o porque no saben si el zapato les quedará cómodo».
En cuanto al cambio de los productos, dijo que luego de hacer el canje se realiza el aislamiento por 24 horas de la mercadería devuelta.
Por su parte, el empleado de un negocio de lenceria dijo que no permiten que nadie ingrese al local y que solo hacen ventas a través de la página web.
“Estamos muy preocupados porque es difícil vender ropa interior sin que la clienta pueda probarse porque a pesar de conocer el talle, todos los modelos son distintos”.
En la misma línea, explicó que el tema de los cambios es “muy estresante” porque es importante pensar «el circuito de devolución y aislamiento del producto», así que están trabajando en resolver eso.
«No abrimos al público porque no tiene sentido para nosotros, los chicos no van a venir a probarse ropa», sostuvo la empleada de un local de ropa infantil.
Respecto a los tiempos de entrega y cambios, dijo que todo eso se maneja de manera remota y solo por la web.