El aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional por el avance del coronavirus cumplirá este sábado tres meses, en momentos en que autoridades del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde se concentra el mayor número de casos de contagios del país, evalúan nuevas restricciones para mitigar el avance de la pandemia.
La cuarentena, que fue anunciada el 19 de marzo pero empezó a regir al día siguiente a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia del Poder Ejecutivo ratificado en el Senado en su primera sesión de modo virtual, está vigente hasta el 28 de junio próximo, según anunció el presidente Alberto Fernández el 4 de junio pasado.
El aislamiento, a partir de su vigencia, fue renovado cada 15 días por el jefe de Estado con distintas restricciones y aperturas, según el número de casos registrados en cada distrito del país y siempre luego de realizar consultas con un comité de expertos y epidemiólogos, gobernadores y autoridades del gobierno porteño.
El 4 de junio pasado, por primera vez, el Presidente prorrogó por 21 días el aislamiento social, preventivo y obligatorio que vencía el 7 de ese mes, sólo en los lugares donde se registraba circulación comunitaria del virus, como el AMBA, el Gran Chaco, el Gran Córdoba y Trelew, mientras otras zonas del país, con pocos o nulos casos, entraron desde el 8 de junio en una etapa de «distanciamiento social».
El AMBA, en Fase 3
El AMBA, que concentra el mayor número de casos de coronavirus del país, permanece desde mediados de abril en la Fase 3 de la cuarentena, y sus autoridades evalúan en forma constante nuevas medidas restrictivas de circulación en el transporte público para evitar que se sature el sistema de salud ante el incremento de contagios.
Con ese objetivo, este viernes caducaron los permisos vigentes de trabajadores «exceptuados» para garantizar que sólo viajen en el transporte público empleados de actividades esenciales.
El gobierno porteño, que había autorizado la actividad de runners, debió limitar las salidas según el número del Documento Nacional de Identidad (DNI) y ampliar los horarios para esos ejercicios, a fin de evitar aglomeración de personas.
En ese contexto, y ante el incremento de casos, el director de la Unidad Médica Presidencial, Federico Saavedra, recomendó al Presidente que continúe «desempeñando sus tareas habituales en la residencia de Olivos y restringiendo al máximo posible el contacto interpersonal».
Las distintas etapas
El aislamiento social, preventivo y obligatorio, en las fases dispuestas para cada zona según el tiempo de duplicación de los casos, finaliza el 28 de junio, por lo que el gobierno decidirá la modalidad en que será prorrogado de acuerdo a la evolución de la pandemia.
La cuarentena fue dispuesta el 20 de marzo y se renovó el 31 de marzo, el 13 de abril, el 27 de abril, el 11 de mayo, el 25 de mayo y la última vez el 8 de junio, hasta el 28 de este mes.
Las fases de la cuarentena según el tiempo de duplicación de los casos en cada distrito son: en la Fase 1 el tiempo de duplicación de los casos se registró en menos de 15 días; en la Fase 2, de 5 a 15 días; en la Fase 3, de 15 a 25 días; en la Fase 4, más de 25 días; y en la Fase 5, de nueva normalidad, no deben registrarse contagios.
La medida, inédita en el país, comenzó con la Fase 1 de aislamiento estricto y con el lema «Quedate en casa», que buscó concientizar sobre la necesidad de permanecer en los domicilios y evitar así los contagios.
La excepción fueron los trabajadores de actividades consideradas como «esenciales», es decir las imprescindibles, que siguieron en actividad respetando protocolos de protección para evitar contagios, como en los casos del personal de salud, seguridad, recolección de residuos, transportes, medios de comunicación y la producción de alimentos.
En esa primera fase de la cuarentena, los supermercados y farmacias abrieron en horarios reducidos, y la sugerencia para la población fue que las salidas solo se realizaran en esos locales de cercanía, para evitar la aglomeración masiva de personas.
En ese contexto, las calles de pueblos y ciudades quedaron vacías y las medidas de prevención fueron el lavado frecuente de manos, el uso de alcohol en gel y la desinfección de los productos que ingresaban a los hogares.
El distanciamiento social, que implica la separación de un metro y medio entre personas para evitar contagios, fue la medida obligatoria que se impuso en la calle para evitar contraer la enfermedad.
El teletrabajo y la suspensión de las clases en todos los niveles educativos contribuyeron a la ausencia en las calles de niños y estudiantes, que empezaron a recibir material educativo por canales electrónicos.
En la Fase 2 de aislamiento administrativo de la cuarentena, la movilidad de la población pasó del 10 al 25 por ciento, se realizaron nuevas autorizaciones para reanudar actividades, y se dispuso como obligatorio para salir a la calle el uso de tapa nariz y boca, a modo de barbijo, medida dispuesta de manera progresiva en los diferentes distritos del país como nueva forma de protección que se sumó a las que ya regían desde el inicio del aislamiento.
A mediados de abril se dispuso la Fase 3, de segmentación geográfica, en la que se permitió hasta el 50 por ciento de movilidad de las personas y hubo nuevas autorizaciones para reiniciar actividades.
El 11 de mayo pasado, el gobierno resolvió que la ciudad y provincia de Buenos Aires permanecieran en Fase 3 a raíz del número de casos que registraban y sus autoridades permitieron a los niños acompañar a sus padres en salidas breves el fin de semana.
En esa oportunidad, sin embargo, varios distritos del país en los que el tiempo de duplicación de los casos fue de más de 25 días, pasaron a la Fase 4 de la cuarentena, por lo que se permitieron reanudar actividades y la movilidad de la población pasó al 75 por ciento en esos lugares.