Mientras el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el de Salud de Chaco realizan un control casa por casa y barrio por barrio en el conglomerado de viviendas denominado Gran Toba, la muerte por coronavirus del tenor del coro Chelaalapi, Juan Rescio, puso en la atención pública la situación de los vecinos tobas de Resistencia, que reclaman participación activa en la respuesta al virus mientras en el Impenetrable no se reportan indígenas contagiados.
La muerte de Rescio, tenor del coro qom Chelaalapi en el barrio Gran Toba de Resistencia, puso en guardia a las autoridades nacionales y provinciales sobre el estado sanitario de los qom mientras los indígenas reclaman participación activa en la lucha contra la pandemia.
Desde el gobierno nacional el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, destacó que «es evidente que el Estado tiene una deuda con las comunidades indígenas. Pusimos en marcha una línea específica de trabajo con las comunidades indígenas para asistirlas», en declaraciones a Télam.
«Es una línea de trabajo que articula con el Ministerio de Salud, el INAI y las provincias. En ese marco, esta semana se enviaron al Barrio Toba, unos 12.000 kilos de alimentos (aceite, arroz, fideos, leche en polvo, harina de maíz y harina de trigo) 26.000 litros de agua mineral, 4.000 frascos de repelente de insectos y 1000 bidones de lavandina de 20 litros cada uno. Además, 50 cajas de 12 envases y 30 bidones de 2 litros cada uno de alcohol en gel», precisó el ministro.
En tanto, en el mítico Impenetrable -unos 400 kilómetros al noroeste de la capital provincial-, asiento de cientos de comunidades qom y wichí, no hay contagios de coronavirus y la población cumple con el distanciamiento social, preventivo y obligatorio.
Controles en el Gran Toba
En tanto, el Ministerio de Salud provincial inició controles casa por casa y barrio por barrio en el Gran Toba, el conglomerado de viviendas qom en el que se detectaron «al día de hoy 148 casos y 13 fallecidos. Ahora tenemos nueve internados, dos adultos mayores con factores de morbilidad con asistencia mecánica en el Hospital Perrando», indicó a Télam, Carolina Centeno, subsecretaria de Salud Comunitaria, Entornos Saludables y No Violentos a cargo de la respuesta sanitaria en el barrio indígena.
Centeno, resaltó además «tenemos 66 altas y un descenso en la velocidad de contagios, que siguen habiendo, pero no con la gravedad que podíamos esperar. Siguen siendo 13 fallecidos en lo que va de la epidemia».
Sin embargo, la aparición de casos y fallecidos por el coronavirus en el barrio en el que viven unos ocho mil vecinos qom impuso la necesidad de coordinar tareas entre los referentes del barrio y las autoridades que trabajan tres ejes: sanitario, alimenticio y seguridad, según dijo a Télam Laurita Pérez, vicepresidenta a cargo de la presidencia de la Comisión Vecinal por enfermedad del titular.
La joven destacó la voluntad de diálogo y trabajo de las autoridades pero consideró que «ante la demanda y los anuncios esto va muy lento y escaso y de ahí es nuestra queja» y al describir el sentimiento de los vecinos pidió «restablecer la confianza porque la exposición mediática y los señalamientos retrajo a la gente. Los vecinos empezaron a aguantar sin informar y eso agravó los síntomas. Se sabe que la detección temprana es primordial par salvar vidas».
Agregó que la población indígena es de por sí un grupo de riesgo «bastante importante. Hay gente con diabetes, tuberculosis, neumonía, chagas, problemas oncológicos, cardíacos, hipertensos y adultos muy mayores que alcanzan los 100 años pero se perdió la confianza y por eso se encerraban en sus casas».
La necesidad de un abordaje intercultural
La llegada del virus a las comunidades indígenas reinstaló, por otro lado, la necesidad de avanzar en la interculturalidad que es «la participación activa de los representantes indígenas en el abordaje de cualquier asunto que los involucre», según explicó a Télam el abogado de causas indígenas Julio César García.
«A la gravedad de la crisis actual hay que agregar la cuestión indígena en cuanto a desigualdad, racismo y pobreza estructural con un Estado que está presente de modo precario. El barrio Toba necesita una respuesta urgente y certera con medidas consensuadas según leyes internacionales y tratados como el Convenio 169 de la OIT que habla de ‘consulta previa, libre e informada'» reafirmó García.
El letrado desarrolló la idea al señalar que la voz indígena y su modo de relacionamiento «se necesitan para responder a la pandemia. No tiene que ser meramente simbólico. Los pueblos indígenas te dan los elementos para que sea efectivo por eso hay que contactar a sus representantes. Se terminaron los mensajeros y los aprovechadores» aseveró el abogado quien por estas horas está embarcado en una campaña para juntar alimentos y antibióticos para los qom.
En tanto desde Juan José Castelli, Andrea Charole, legisladora provincial desde el 2017, le dijo a Télam: «Presentamos un proyecto de ley para regularizar la atención médica en las comunidades con un protocolo de casos de Covid respetando cosmovisión y conocimiento tradicionales sobre salud y métodos, creencias y medicinas de la comunidad» iniciativa que involucra a los tres pueblos que viven en Chaco: qom, mocoví y wichí.
«Sabemos que el virus no tiene medicina ni vacuna. Y decimos que los indígenas tenemos que estar en las mesas donde se toman decisiones para que los referentes puedan expresar nuestra voz», cerró la legisladora del partido Justicialista chaqueño.