En Paraná el río se mantiene lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros). Foto de archivo (Hernán Saravia)
La altura del río Paraná bajó este martes a -24 centímetros (debajo del nivel del mar) frente a la capital entrerriana, y provocó una crisis hídrica en diferentes aspectos de la ciudad, donde el Municipio construyó un dique y colocará bombas para mantener el servicio de agua potable.
«La crisis hídrica en el Río Paraná es un alerta roja sobre las conductas individuales en materia de consumo, derroche, generación de residuos, reciclamiento y formas de vida amigables con el ambiente», dijo el intendente de Paraná, Adán Bahl.
En un comunicado enviado a Télam, Bahl también señaló que la situación actual es «una enorme invitación a la reflexión plural en torno a la situación ambiental, y la sobre utilización de nuestros recursos naturales y fundamentalmente».
En esa capital provincial, el río se mantiene lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros).
La bajante actual ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual, cuando marcó -1,40 metros frente a Paraná.
La bajante impacta en las tomas de agua para consumo urbano y de industrias, y provoca problemas en la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes, con más exposición a incendios en márgenes e islas.
Por ello, el Municipio de Paraná elaboró un plan de trabajo con una solución «coyuntural pero inmediata» para mejorar la captación de agua de la bomba de la planta potabilizadora ubicada sobre Avenida Ramírez.
En ese marco, se decidió la construcción de un dique al que se lo alimenta con dos bombas más, que sostienen el nivel de agua adecuado para el funcionamiento de la bomba principal que abastece a la planta.
«La crisis hídrica en el Río Paraná es un alerta roja sobre las conductas individuales en materia de consumo, derroche, generación de residuos, reciclamiento y formas de vida amigables con el ambiente»”
De esa manera se mantiene el servicio de agua potable, mientras se prepara el traslado definitivo de la bomba ubicada en el muelle histórico, que dará independencia al sistema ante las bajantes.
La obra está planificada para su concreción en el plazo de unos 60 días, explicaron a Télam desde la Municipalidad.
Asimismo, remarcaron que para afrontar la bajante histórica y mantener el servicio «fue clave la responsabilidad ciudadana y solidaridad de los paranaenses, sobre todo los que tenían agua para hacer un uso consciente y prudente del recurso, y que a nadie le falte».