Algunas enfermedades respiratorias registraron una disminución de hasta el 50 por ciento respecto de 2019, en tanto desde hace tres semanas no se reportan casos nuevos de sarampión, lo que según los especialistas es efecto del aislamiento, aunque advirtieron que es «fundamental» cumplir con la vacunación.
Según el último Boletín Integrado de Vigilancia Epidemiológica, publicado el fin de semana, en Argentina hasta la semana 14 (del 30 de marzo al 5 de abril) se registraron 91.693 casos de ETI (Enfermedad Tipo Influenza); 13.193 casos de neumonías, 13.054 casos de bronquiolitis en menores de dos años y 4.503 casos de Infección Respiratoria Aguda Grave, que es toda infección con fiebre mayor de 38º, tos y que requiere hospitalización.
En el mismo informe se señala que «las notificaciones clínicas a nivel país» de estas enfermedades «se encuentran por debajo de las esperadas para el mismo periodo de años previos con una marcada disminución de la notificación».
En efecto, si se compara con el Boletín de la misma época de 2019, hasta la semana 15 que fue entre el 8 y el 14 de de abril, de ETI había notificados 116.531 casos; de neumonía, 20.469 casos; de bronquiolitis en menores de dos años, 27.444 casos, y de Infección Respiratoria Aguda Grave, 9.867 casos; es decir que en estas últimas dos enfermedades la reducción fue prácticamente a la mitad.
«Para todo lo que es enfermedad infectocontagiosa, y sobre todo para aquellas que se transmiten por vía respiratoria, tanto el aislamiento como las medidas de higiene personal que se han incorporado a partir de la pandemia han significado una ventaja«, indicó a Télam el médico infectólogo del Hospital Pirovano Ricardo Teijeiro.
El especialista, Integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), advirtió que, «no obstante, no hay que relajarse con respecto a la vacunación que debemos hacer de acuerdo a los grupos de edad porque no vaya a ser que por no vacunar nos descuidemos y empecemos a tener más coqueluche (tos convulsa) o que se continúe con el brote de sarampión».
«Es muy importante esto porque si no vacunamos en el momento que hay que hacerlo, cuando se retome la escolaridad, vamos a tener brotes de enfermedades para las que teníamos herramientas de prevención», sostuvo.
Sarampión
En relación a esta enfermedad, el último Boletín Integrado de Vigilancia Epidemiológica señaló que «desde la semana 35 de 2019 (que fue del 26 de agosto al 1 de septiembre) y hasta la semana 16 de 2020 (del 13 al 19 de abril) «se registra el brote de sarampión más extenso desde la eliminación de la circulación endémica, con 155 casos confirmados, incluida una defunción».
De estos 155 casos, 145 tuvieron origen desconocido y 10 fueron importados de Brasil, Estados Unidos y un caso con antecedente de viaje a Turquía, Israel y España.
Según se verifica en el gráfico de evolución del brote, no se reportaron nuevos casos en el país desde la semana 13, que va desde el 23 hasta el 29 de marzo, una semana después de que se determinara la suspensión de clases por la pandemia.
Según el Boletín, la fecha de exantema (erupción en la piel) del último caso identificado en la Ciudad de Buenos Aires fue del 16 de febrero, correspondiendo a un caso importado, mientras que los últimos casos de la provincia de Buenos Aires se identificaron en los partidos de Quilmes (exantema 3/3/2020), Moreno (exantema 5/3/2020), Lanús (caso importado con exantema del 14/3/2020), Almirante Brown (caso de origen desconocido, exantema el 18/3) y Ezeiza (2 casos de origen desconocido con exantema del 17 y 19/3/20).
«Si bien el sarampión tiene una transmisión más de tipo respiratoria o aérea y no por gota como el coronavirus, el distanciamiento social y sobre todo que no haya clases en escuelas y universidades, va a disminuir el contagio«, aseguró a Télam la infectóloga pediátrica Gabriela Ensinck, integrante de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
El 20 de abril, la SAP emitió un comunicado en el que alertó a la población sobre la necesidad de cumplir con el esquema de vacunación: «Con el COVID-19, lamentablemente, estamos viviendo lo que sucede ante una enfermedad infecciosa para la que no desarrollamos aún una vacuna eficaz. Por este motivo, para aquellas enfermedades para las que sí disponemos, no cumplir con el esquema de vacunación es realmente peligroso y lleva a las consecuencias que estamos viviendo: el brote de sarampión que apareció en Argentina después de haber logrado ser un país libre de la circulación de este virus», sostenía el documento.
Ante ese escenario de brote, Ensinck recordó que «durante la campaña de vacunación antigripal se está ofreciendo también la antisarampionosa, que está dentro del componente de la triple viral junto a rubeola y paperas».
En referencia al esquema, la infectóloga explicó que «en la Ciudad de Buenos Aires y algunas zonas de la provincia de Buenos Aires entre los seis y once meses se está dando la dosis 0 coincidentemente con la que se realiza la antigripal que es a partir de los seis meses».
Para el resto del país, el esquema funciona tal como está en el Calendario que incluye dos dosis: la primera a los 12 meses de vida y la segunda al momento del ingreso escolar, entre los 5 y los 6 años.
Todos los mayores a 5 años deben acreditar al menos las dos dosis contempladas en el calendario, mientras que los mayores que nacieron antes de 1965 son considerados inmunes y no deben vacunarse.
Como medidas de prevención también se recomienda evitar el contacto con personas que puedan estar enfermas, utilizar tapabocas y lavarse las manos con frecuencia.