Cientos de personas, con barbijos y máscaras formaron fila esta mañana, respetando el distanciamiento social, para realizarse los test serológicos rápidos del Estudio de Vigilancia Covid-19 en el Centro de Transbordo de Constitución, donde personal de seguridad coordinó el operativo.
Cercas de las 9.30 la fila dentro de la terminal porteña ya tenía unas 200 personas que aguardaban su turno en la zona de boletería y preembarque de larga distancia, a la espera de los 400 test previstos para la jornada.
Al pasar la puerta, cada persona recibía alcohol en gel para las manos, un instructivo sobre el nuevo coronavirus y consejos de prevención y mientras aguardaban su turno para el test en un sector destinado a la espera con sillas separadas entre si, se les tomaba la fiebre con un termómetro láser.
Una vez en el box, se les tomaba la muestra con una gota de sangre que se coloca sobre un reactivo, se les entregaba un código de muestreo y de ahí pasaban a una de las seis mesas en las que los orientadores les realizaban una encuesta a modo de tener parámetros para el muestreo, donde luego se les entregaba el resultado.
El testeo «es anónimo» por lo que las preguntas «apuntan a la edad, si estuvo o no de viaje, lugar de residencia y si es hombre o mujer», señaló uno de los orientadores que prefirió no dar su identidad.
Tras realizarse el test, Sergio, de 71 años, aseguró en diálogo con Télam que “fue todo muy rápido y las personas muy amables en todo momento” y consideró “muy positivo que la gente se haya volcado” a hacer el test de manera voluntaria.
“Además de tener más de 70 años tuve cáncer y sufrí un ACV, por eso soy parte del grupo de riesgo y vine para quedarme tranquilo, ahora me vuelvo a mi casa a seguir encerrado”, explicó el hombre que vive en el barrio porteño de Caballito y rompió la cuarentena para ir a Constitución exclusivamente a hacerse la prueba.
Cerca de las 10.30, una persona del operativo informó a quienes estaban en la fila, algunos sentados en sillas prestadas por los locales de la estación, que la demora para realizar el testeo llegaba a las dos horas.
«Vine exclusivamente desde Balvanera a hacerme el test. Trabajo en una empresa de seguridad por las noches y al salir me vine directo para acá para quedarme tranquila», dijo a Télam Roxana mientras esperaba su turno y cerca suyo personal de la estación desinfectaba frenéticamente los molinetes y barandas.
La mujer aseguró: «me parece bien que hagan estos test para que se reduzca el contagio porque sé que hay muchas personas que tienen la enfermedad y no sienten síntomas».
Patricia, de 53 años y quien trabaja cuidando adultos mayores, vino desde Avellaneda porque es «la única que sale a la calle en su casa».
«Tengo dos nietos chiquitos y aunque tomo todos los recaudos cada vez que voy a trabajar y nunca me sentí mal, me gustaría saber si estoy bien o no», contó a Télam.
Según la información del Ministerio, estos test rápidos forman parte de un estudio epidemiológico y no son pruebas de diagnóstico, ya que no «detectan anticuerpos» sino que indican si la persona «tuvo contacto con el virus o no».
Pasadas las 12, Elena, una de las ultimas personas que permanecía en la fila afirmó sentirse “preocupada” porque pasó un agente de seguridad a informarles que “hay 400 test” y que “no sabían si alcanzaba para todos los que esperamos».
“Igual nos avisó que la semana que viene se van a hacer también en Retiro y Once, pero aproveché que salí de trabajar y me quedé en la cola, de acá ya me voy a mi casa en Almirante Brown”, señaló la mujer a Télam.
“Vivo con mi marido que como trabaja en la construcción no está saliendo, pero me hago el test porque quiero sacarme la duda, aunque voy a seguir con los cuidados que tenemos hasta ahora que cuando llego me saco hasta el calzado”, precisó la mujer que también cuida adultos mayores.
Cerca de las 14, el ministro de Salud, Ginés González García y su colega de Seguridad, Sabina Frederic, se acercaron al Centro de Transbordo para monitorear el desarrollo del operativo.
«Este es el comienzo de una nueva fase en la que estamos haciendo un nuevo vínculo con la pandemia y felizmente está todo saliendo muy bien y ordenado. No tenemos, por ahora casos positivos, lo que significa que hay poca circulación del virus», dijo González García a la prensa en el lugar.
Las autoridades sanitarias indicaron que para la investigación epidemiológica se utilizarán parte de los 170.000 test rápidos adquiridos por el ministerio de Salud de la Nación, los cuales cuentan con la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).
En el estudio participan los Ministerios nacionales de Salud, Seguridad, Transporte en coordinación con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Para realizar los test, se seleccionarán «puntos centinelas de testeo» en terminales de transporte público (tren/ómnibus/subte), en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y en distintos momentos, y las evaluaciones se repetirán en los mismos sitios centinela cada 14-21 días, según las fases de salida del aislamiento.
Según la información del Ministerio, estos test rápidos forman parte de un estudio epidemiológico y no son pruebas de diagnóstico, ya que no «detectan anticuerpos» sino que indican si la persona «tuvo contacto con el virus o no».