La posibilidad de flexibilizar algunas salidas o paseos para los niños abrió el debate y generó posiciones enfrentadas entre los padres que prefieren que sus hijos continúen con una cuarentena total a pesar de las dificultades generadas en el humor y en la educación y aquellos que sostienen que los más chicos necesitan un poco de tiempo al aire libre y menos tecnología.
En muchos casos, la falta de espacios como un patio, terraza o balcón no solo dificulta la contención, la posibilidad de hacer actividad física o estar al aire libre en los más chicos, sino que también los expone al sedentarismo y al abuso de la tecnología.
Laura, que vive en un monoambiente en la ciudad de Mar de Plata con sus dos hijos Ramiro, de 7 años, y Marina, de 5, contó hoy a Télam que «hace más de un mes que sus hijos no salen del departamento; siento que están más irritables, usando mucha la tecnología y eso no esta bueno. Necesitan aire y sol».
«Creo que en esta ciudad que fuera de temporada hay tan poca población y uno va bastante espaciado con la gente se tendría que flexibilizar la cuarentena, sobre todo para quienes viven como nosotros en espacios reducidos», sostuvo.
Para Laura, «después de haber hecho las cosas bien durante más de un mes y teniendo en cuenta que los números (de contagios) no son ninguna locura, de manera ordenada y sin faltarle el respecto a esta enfermedad habría que permitir salir, no digo a una plaza donde el riesgo es mayor pero aunque sea a dar vueltas a la manzana porque los niños lo necesitan».
Con dos hijos de 12 y 9 años, Daniel vive en un departamento pequeño en la localidad bonaerense de Lanús y está convencido de que «los nenes ya están agobiados, todo el día con la play, la tele o la computadora desde el momento de estudiar hasta la instancia de su recreación es tecnología y eso no está bien».
«Creo que de a poco tienen que empezar a hacer algunas actividades porque necesitan socializarse, compartir momentos, ir a una plaza, caminar, hacer actividades físicas reales, deportes de equipo», sostuvo Daniel en diálogo con Télam.
El hombre evaluó que considerando «la palabra de los expertos que dicen que los más chicos casi no se enferman aunque sí contagian, el cuidado debería ser diferente: no recluirlos y encerrarlos sin la posibilidad de realizar alguna actividad».
«Lo que sí creo que es fundamental es tener cuidado en que no tengan contacto con las poblaciones de riego», matizó.
Frente a estos planteos, Sofía, que es docente y vive en el barrio porteño de Villa Devoto con sus dos hijos, uno que cursa primer grado y otro que está en sala de dos años, expresó que «venimos bien con la cuarentena, mejor de lo que pensaba».
«El más grande quiere salir, extraña a sus amigos y a sus abuelos. Por ahora lo dos se la están bancando, pero se les nota con muchos cambios de humor, desganados», contó.
«Tenemos una terraza y vamos a pasar un rato ahí todos los días, pero a la calle no salen desde el 16 de marzo», dijo Sofía, para quien «no me parece necesario que los chicos salgan al exterior ahora, pero puedo entender que haya familias que lo necesiten».
Giselle, profesora de inglés que vive en la ciudad bonaerense de Avellaneda junto a su hijo de 6 años y su marido, reconoció que «en particular a mí me es muy difícil mantener los hábitos en cuanto a ritmos y horarios, pero estamos tratando de sostener una rutina».
«Solemos salir los tres con el auto a comprar y hacemos una compra grande. Solo sale mi esposo caminando para comprar cosas del día y estamos súper atentos a seguir el protocolo de cuidado cuando reingresa a casa», agregó.
Además, destacó que en la cuarentena pudo realizar más actividades con su hijo para que «no sienta tanto el encierro»
«Me tomo dos horas para cocinar con mi hijo a la tarde: hacemos pan, churros, buñuelos de manzana y postres cualquier día de la semana. Podemos dedicarle más tiempo a la cocina con mi esposo y compartirla con nuestro hijo», contó.
En cuanto a flexibilizar las salidas de los niños, señaló que «quedarse en casa es para cuidarse entre todos, no es necesario que la gente salga. Entiendo que chicos o grandes salgan por indicación médica, pero mientras no haya un problema grande está bien que se mantengan en sus hogares».
En la misma línea, Martín, que vive en Castelar, localidad del oeste bonaerense, junto a su mujer y su hijo de 5 años, opinó que con el aislamiento obligatorio «mi hijo está contento porque se pasa todo el día en la compu, pero a mí me preocupa un poco. Él está bien, le gusta la casa y no siente el encierro porque tenemos un patio grande. El único que sale de la casa soy yo a hacer las compras».
«Hasta que no sea 100% seguro no tendrían que flexibilizar las salidas de chicos o grandes, tenemos que priorizar la salud», consideró Martín.