Radiotransmisores, cámaras «trampa» de altísima calidad, collares satelitales, prótesis realizadas en impresoras 3D y la adaptación de equipos médicos para la utilización en animales son pilares clave para el desarrollo de programas de protección, monitoreo de especies y se volvieron aliadas fundamentales a la hora de la difusión y conservación sobre el cuidado de la vida silvestre, según los especialistas.
El desarrollo de nuevas tecnologías transformó por completo las iniciativas relacionadas al cuidado de la vida en el planeta, tal es así que la Organización de Naciones Unidas (ONU) definió que la edición 2024 del Día Mundial de la Vida Silvestre a conmemorarse este domingo se centre en la innovación digital y la interpelación que estas nuevas herramientas aporten a la protección de la vida silvestre, el comercio sostenible y legal de especies y la coexistencia entre humanos y animales.
«Conectar a las Personas y al Planeta: Explorando la Innovación Digital en la Conservación de la Vida Silvestre» es el lema elegido por el organismo internacional que entre sus considerandos reconoce «el impacto de las intervenciones digitales en los ecosistemas y las comunidades en un mundo cada vez más conectado».
«Los avances tecnológicos y digitales cortan las brechas en un montón de baches en la recolección de información que nos permite luego analizarla y trazar mejores estrategias aplicadas a la conservación o cuidado de las especies», señaló en diálogo con Télam Alicia De la Colina, investigadora de la Fundación Temaikèn.
La especialista que trabaja en la conservación del cardenal amarillo, una especie de ave que se encuentra en peligro de extinción en gran parte por el tráfico de fauna silvestre, detalló que gracias a «unos pequeños radiotransmisores que se le instalan ´tipo mochilita´ en el lomo del animal» pueden hacer un seguimiento del ejemplar.
«Podes estar a más de un kilómetro de distancia del pajarito y recibís la señal en tu celular para poder hacer un monitoreo y encontrar su pareja, su nido, seguir su comportamiento, pero sobre todo lo que queremos saber es si realmente logramos rescatar ese animal» y saber si este sigue patrones habituales de conducta.
De la Colina precisó que estos datos son fundamentales ya que «en el caso de rescate no existe una escuela ni un manual de cómo hacer la recuperación de cada uno de los individuos» y que se «aprende mucho de la experiencia».
En sentido, el seguimiento a largo plazo es crucial y remarcó que estos radiotransmisores tienen una batería que dura un mes dado que se colocan en animales que «pesan cerca de 40 gramos, su batería no puede pesar más de 1», pero en abril próximo se implementará uno nuevo «con un panel solar que permitirá hacer un monitoreo de los individuos de por vida».
En animales más grandes se utilizan otro tipo de dispositivos como los collares satelitales que emiten señales sin límites de distancia y sus baterías duran mucho más: «Cuando ésta se termina, el collar se abre, cae al piso y emite una alerta para poder recogerlo, cargarlo y volver a utilizarlo», explicó la especialista.
También hay nuevas tecnologías aplicadas a la medicina y al diagnóstico que, si bien fueron diseñadas para humanos, muchas veces se pueden adaptar para los animales, con impresoras 3D «se imprimen elementos para que, por ejemplo, se le puedan hacer ecografías a especies muy pequeñas, o muy grandes, también hace unos años logramos hacer una prótesis para la parte de abajo del pico de un tucán, que le permitió poder volver a alimentarse», explicó De la Colina.
Además, destacó que «otra tecnología que se está usando mucho para humanos» es la de luces led en recuperación de tejidos: «Una terapia que se llama la fototerapia y empezamos a aplicarla para la recuperación de una herida en un ciervo de los pantanos y tuvimos muy buenos resultados».
«En este caso -señaló- ayuda a que la recuperación sea más rápida y para un animal silvestre es fundamental porque cuanto menos tiempo se pase encerrado es mucho mejor para que no pierda los hábitos naturales».
Por su parte, Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre, aseguró que «que la tecnología es una gran aliada al momento de impulsar iniciativas de conservación, disponibilizar datos que ayuden al análisis y toma de decisiones».
También brinda herramientas para «visibilizar la situación de las especies y ecorregiones, y dar cuenta de las amenazas y posibles soluciones, incentivar la reflexión sobre nuestra forma de consumir y producir, y fomentar la adopción de hábitos amigables con la naturaleza», detalló en diálogo con Télam.
Asimismo, precisó que hay herramientas de monitoreo, «como MapBiomas que permite mapear la cobertura y conocer los cambios en el uso del suelo a lo largo del tiempo, en diferentes regiones, generar mapas históricos, conocer los resultados de las intervenciones como en los casos de restauración de ecosistemas, entre muchas otras cosas».
Jaramillo remarcó también la utilización de los collares satelitales que permiten «identificar los movimientos de un individuo de alguna especie previamente identificado y así conocer un poco más de su comportamiento en su ambiente natural».
Las cámaras trampa son dispositivos de alta resolución instalados en lugares específicos que se activan con sensores de movimientos y permiten «conocer la presencia (o ausencia) de determinadas especies y así refinar las estrategias para su conservación», apuntó el especialista.
La tecnología también es un pilar para la educación ambiental en la difusión y en concientización de la materia «incluso, con una lógica de entretenimiento, poder brindar información y generar conciencia sobre diferentes problemáticas», agregó Jaramillo.
El especialista destacó el aporte a la conservación y al cuidado del ambiente del uso de aplicaciones y plataformas, «por ejemplo de ciencia ciudadana, como ArgentiNat, que contribuye a promover el naturalismo, la cultura de la observación, registro y divulgación de la biodiversidad, y permite que cualquier persona pueda colaborar con diferentes programas de conservación, multiplicando las posibilidades de muestreo».
Desde el 2013, el 3 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Vida Silvestre por decisión de la Asamblea General de la ONU con el objetivo de concienciar acerca del valor de la fauna y la flora salvajes, fecha que coincide con el aniversario de la aprobación -en 1973- de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, de sus siglas en inglés), que juega un destacado papel en la protección de la especies frente al comercio internacional.