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Foto: archivo

Trece alumnos y alumnas de entre 6 y 16 años que concurren a la escuela Nº38 «Presidente Raúl Alfonsín» de la Base Esperanza, en la Antártida Argentina, participarán este viernes de una experiencia inédita cuando por primera vez en la historia mantengan una comunicación con astronautas que se encuentran en la Estación Espacial Internacional (ISS por su sigla en inglés), informaron fuentes oficiales del gobierno de Tierra del Fuego.

Los cinco estudiantes de nivel primario del establecimiento educativo dependiente de la provincia y los ocho que cursan el secundario a través del Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (Seadea) mantendrán una conversación de nueve minutos con el astronauta Kjell Lindgren, a bordo de la ISS.

El contacto tendrá lugar a las 12:14 mediante una comunicación originada en Estados Unidos pero que se apoyará en «telepuentes» a través de bases ubicadas en Bélgica y Canadá, explicaron los voceros consultados.

«Serán 14 minutos de transmisión aprovechando el momento en que la ISS transite su órbita sobre la Antártida. Es un hecho histórico importantísimo que nos tiene a todos muy movilizados y que servirá para visibilizar la tarea de la escuela en Base Esperanza», sostuvo Gustavo Novoa, coordinador provincial de modalidades y de escuelas rurales dependiente del Ministerio de Educación de Tierra del Fuego.

El funcionario explicó que para planificar la actividad, los docentes antárticos Soledad Otaola (además, directora de la escuela) y Denis de Jesús Barrios (su pareja) trabajaron en conjunto con la docente de inglés Ethel Revello Barovero, quien dicta clases regularmente vía remota desde Ushuaia.

«Los chicos prepararon 16 o 17 preguntas que realizarán en inglés al astronauta. Durante la conexión serán asistidos por la médica de la base, Pamela Di Marco, que oficiará de traductora. En el momento de la conexión está previsto que se interrumpan todas las demás comunicaciones con la Antártida», detalló Novoa.

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«Este viernes nos vamos a comunicar con la Estación Espacial Internacional. Nos estamos preparando para decir nuestras preguntas en inglés. Estamos muy contentos y felices de poder hablar con un astronauta», sostuvieron algunos de los alumnos de la escuela antártica en un video que grabaron para difundir el evento.

En la misma filmación, Di Marco aclaró que el programa ARISS (Amateur Radio en la ISS) es parte de un proyecto que unió a radioaficionados voluntarios de distintas partes del mundo con las agencias espaciales para «poner en contacto a estudiantes con los astronautas».

Por su parte, la docente Otaola le dijo a Télam que «se trata de una experiencia única tanto para nuestros hijos (en el plano personal) como para nuestros alumnos (en la faz profesional). Es algo inolvidable y maravilloso. Somos privilegiados por el solo hecho estar un año enseñando en la única escuela de la Antártida, imaginen con este plus que es la conexión con un astronauta en órbita».

Otaola se esperanzó en que las condiciones meteorológicas permitan mañana el contacto con el espacio y que se produzca «una comunicación exitosa en la que nuestros alumnos se sientan orgullosos de lo que están haciendo», enfatizó la docente y directora de la escuela 38.

Cómo es la vida en el espacio, eje de las preguntas que alumnos antárticos harán a los astronautas

La docente y directora de la escuela 38 de la Base Esperanza, en la Antártida Argentina, Soledad Otaola, contó a Télam que los alumnos de ese establecimiento que se comunicarán por primera vez con un astronauta de la Estación Espacial Internacional (EEI) centrarán sus preguntas en la forma de vida en el espacio.

«Por nuestra particular situación nos viven preguntando cómo es vivir en la Antártida, y en este caso la mayoría de las preguntas que surgieron para los astronautas tuvieron ese mismo perfil: cómo es vivir en el espacio», comentó Otaola desde su puesto de trabajo en la escuela «Raúl Ricardo Alfonsín».

La maestra recordó que desde el momento en que fueron preseleccionados junto a su familia para dictar clases en el continente antártico, ya sabían de la posibilidad de este proyecto «histórico» que se concretará mañana a las 12.14 hora argentina.

«Como docentes sabíamos de este proyecto y trabajamos en él. La preparación de los alumnos comenzó con una investigación sobre el tema. Se interiorizaron desde aspectos del sistema solar, incluso fabricando una maqueta con los planetas, hasta el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional», detalló Otaola.

Incluso mencionó que como parte de esa experiencia bajaron una aplicación para celulares (app) que va mostrando la posición de la estación en cada momento de su órbita, para seguir su paso por cada continente o país.

Los estudiantes «también investigaron sobre el proceso de construcción de la EEI, su historia, y averiguaron hasta los materiales que se utilizan para fabricar los trajes espaciales», señaló la mujer que antes de su experiencia antártica residía en la ciudad fueguina de Río Grande.

Sin embargo, la curiosidad de los alumnos a la hora de preparar el cuestionario a los astronautas tuvo como eje a la vida cotidiana en el espacio.

«Su curiosidad se centró en eso, cómo viven, qué hacen, qué comen o cómo van al baño. Con ayuda de la profesora de inglés empezaron a formular los interrogantes. Primero fueron muchos, más de treinta diría, y después fuimos seleccionando», indicó.

«Nos llamó la atención que las preguntas no eran sobre cuestiones técnicas, sino más bien sobre la forma de vida. No profundizaron lo que ya habían investigado sino que quisieron saber sobre la forma de sobrevivir y desempeñarse en el espacio. Después trabajaron mucho en la formulación de las preguntas en inglés y en la fonética de la pronunciación«, concluyó la docente.

Otaola, jujeña de 41 años, y su marido, Denis Barrios, profesor de educación física y correntino de 46, fueron seleccionados el año pasado para cumplir el primer ciclo lectivo en la Base Esperanza después de la pandemia de coronavirus que obligó a cancelar las actividades durante un año por las restricciones sanitarias.

La dotación de la escuela 38, que este año cumple su 25º aniversario, está compuesta por quince niños, niñas y adolescentes entre 3 y 16 años, incluidos los hijos de la pareja de docentes, Paula de 16, Danilo de 7 y Fausto de 3, mientras que los hijos mayores, Dana y Nicolás, eligieron quedarse en la casa familiar de Río Grande, donde estudian y trabajan.

El Gobierno fueguino aclaró en un comunicado que la iniciativa fue impulsada por la organización Ciencia, Educación y Tecnología unidos por la Radio Afición (Cetra), uno de cuyos referentes argentinos es Luis Funes, un radioaficionado de San Luis (conocido por su licencia LU8YY/Q) que ya participó de emprendimientos similares.

Funes es un docente jubilado, apasionado por las comunicaciones, que ya logró comunicar a estudiantes puntanos con Lucas Parmitano, un astronauta italiano que orbitaba la Tierra a 400 kilómetros.

El Comando Conjunto Antártico (Cocoantar) y el Ministerio de Educación fueguino, entre otros organismos, sumaron también distintos tipos de colaboraciones al acontecimiento que será transmitido en vivo por canales de televisión argentinos y podrá seguirse en vivo en la cuenta de Instagram del Cocoantar.

El programa ARISS fue creado y gestionado por un consorcio internacional de organizaciones de radioaficionados y agencias espaciales, incluyendo la NASA en Estados Unidos con el objetivo de despertar el interés por las disciplinas científicas, como la ingeniería o las matemáticas.

La EEI es un gigantesco satélite tripulado en forma permanente que se encuentra a unos 400 kilómetros sobre la superficie de la tierra y completa una órbita cada 90 minutos viajando a 28.800 kilómetros por hora.

Considerado uno de los objetos más caros construidos por el hombre (entre 150 mil y 200 mil millones de dólares), es mantenido y administrado por las agencias espaciales estadounidense, europea, rusa, japonesa y canadiense, además de los países que colaboran en forma esporádica.

Lindgren, el astronauta que hablará con los alumnos de la Base Esperanza, es norteamericano aunque nacido en Taiwán, tiene 49 años y en 2009 fue seleccionado como miembro del grupo de los 20 astronautas de la NASA.