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Foto: Eliana Obregón

La Asociación Civil Centro Artístico Solidario Argentino (C.A.S.A.), que organiza anualmente el Festival de Ópera Villera y ofrece educación musical gratuita a unos 280 niñas, niños y adolescentes de barrios populares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inició una campaña de recolección de fondos para poder iniciar el ciclo lectivo ante el cierre de un programa del Gobierno porteño y la incertidumbre sobre la continuidad de otros, que permitían abonar el sueldo de 15 docentes.

«Durante estos años, la organización contaba con apoyo estatal para poder llevar adelante gran parte de sus actividades», señalaron en un comunicado. «Este año, ante el cierre de los programas, C.A.S.A. debe recurrir a un sistema de suscripción para poder garantizar la continuidad de clases y eventos musicales», agregaron.

De manera puntual, «la organización necesita 1.000 suscriptores que abonen 1.700 pesos» como contribución mensual «para poder abrir las puertas de sus tres sedes en marzo» y habilitó un link para transferencias en la plataforma «Mi Pago» de Banco Credicoop, a los efectos de quienes quieran solidarizarse con la causa puedan hacer su aporte.

Foto Noelia Pirsic
Foto: Noelia Pirsic

La organización y sus programas

C.A.S.A. está conformado por un grupo de docentes de música que desde 2012 da clases de diferentes instrumentos y acompañan a los estudiantes en el ingreso a conservatorios y otras instituciones de formación artística -como el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón- a niños, niñas y adolescentes en sus tres sedes de los barrios porteños de Bajo Flores y Villa Soldati.

En estos espacios se puede aprender violín, violonchelo, viola, flauta traversa, clarinete, piano, guitarra y canto.

Además, cuenta con un programa de formación orquestal y organiza dos eventos anuales: la Semana de las Orquestas-Escuela y el Festival de Ópera Villera que este 2024 realizará su cuarta edición.

El cierre de «Arte en los barrios»

«A fines de enero nos informaron del cierre del programa del gobierno de la Ciudad que trabajaba con nosotros en un formato de coproducción, porque ellos sostenían los sueldos docentes y talleristas mientras nosotros poníamos los instrumentos, el mantenimiento, el material de trabajo, la dirección musical y de organización de las orquestas», explicó a Télam Mailen Ubiedo Myskow, presidenta de la ONG, directora de las tres escuelas y profesora de violín.

A partir de esta situación «nosotros nos quedamos sin el pago de 15 docentes», lo que implica el cese del funcionamiento de «dos sedes completas».

La docente explicó que si bien les notificaron por la misma vía que las funciones de este programa sería «reabsorbidos» por el área de Promoción del Libro, las Bibliotecas y la Cultura. «Aún no hay responsables designados, ni interlocutor válido con quien reunirse para estudiar la continuidad de esta articulación» sostuvo.

Foto Noelia Pirsic
Foto Noelia Pirsic

«El otro problema es que tampoco se sabe que va a pasar con el Programa de Mecenazgo de la Ciudad, con el cual venimos trabajando para el Festival y el mantenimiento de los instrumentos y a través del cual articulamos con algunas empresas privadas, como el Banco Santander», dijo.

La misma incertidumbre es aplicable «al Instituto Nacional de Teatro y el Fondo Nacional de las Artes ante quienes nosotros presentamos proyectos puntuales».

«Es como que todo quedó sin conducción, sin financiamiento, en la incertidumbre, total y por eso nosotros decidimos lanzar una campaña contando que necesitamos que mil personas pongan 1.700 pesos al mes para lograr cubrir los 1.700.000 de pesos que necesitamos de forma mensual para sostener la organización», dijo.

«Decidimos lanzar una campaña contando que necesitamos que mil personas pongan 1.700 pesos al mes para lograr cubrir los 1.700.000 de pesos que necesitamos de forma mensual para sostener la organización»Mailen Ubiedo Myskow, presidenta de la ONG

Ubiedo Myskow explicó que han sido hasta ahora infructuosos los intentos de reunirse con autoridades de la Ciudad para plantear sus inquietudes, en virtud de lo cual, peligra el comienzo del ciclo lectivo que debería producirse «el primer sábado de marzo».

«La crisis económica y los recortes presupuestarios afectan de forma muy violenta los barrios populares, haciendo que nuestra población de chicos y chicas tengan que afrontar una situación mucho más compleja en sus casas. Y que en vez de poder estar contenidos en un aula el sábado a la mañana, por ejemplo, estén en la calle porque el padre tiene que salir a trabajar muchas más horas o tenga que ir a cartonear o que tenga que ir a hacer otra cosa para poder comer; no da lo mismo», dijo.

«Entonces que si estamos hablando de que los chicos no caigan en las drogas o en la delincuencia, tenemos que poder ofrecerle otras cosas. Hoy en los barrios hay mucho abandono y nosotros queremos estar presentes no sólo como nexo con los espacios de formación superior, sino acompañando en el día a día, viendo cada semana si el chico vino golpeado o no, si la mamá está bien, si hay drogas, si le falta comida o medicación; y movernos para conseguir lo que haga falta», agregó.

Por último, la docente se mostró esperanzada en que «la solidaridad de la gente y de la comunidad es lo que a nosotros nos va a mantener el pie y sostenernos desde la comunidad».