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El encuentro virtual entre Valeria Zapesochny y los corresponsales de Télam en todo el país se llevó a cabo en el Centro Cultural Kirchner.

La secretaria de Medios y Comunicación Pública, Valeria Zapesochny, destacó la reacción «de tranquilidad, de felicidad y de alivio» que observa en la gente al vacunar a sus hijos, escenas que se repiten por estos días con el avance de la inmunización de niños y niñas de entre 3 y 11 años, al tiempo que definió como una “epopeya” y un “deber público” que la Argentina ya «tenga una enorme cantidad de la población vacunada».

Zapesochny analizó la actualidad de la campaña de vacunación contra el Covid en una entrevista colectiva con Télam, realizada ayer en el Centro Cultural Kirchner en el marco del Primer Encuentro Federal de corresponsales provinciales de la agencia.

Acompañada por la presidenta de Télam, Bernarda Llorente, la funcionaria también delineó las iniciativas que impulsará desde su Secretaría y también reflexionó sobre la labor profesional del periodista en tiempos de pandemia, al igual que sobre el rol de los medios concentrados y los medios públicos.

En cuanto a los objetivos del área, la funcionaria -periodista especializada en salud pública, que trabajó en el Estado y en organismos internacionales- adelantó que apuntará a «mejorar el estándar de qué y cómo se comunica» desde el Estado, «informar en forma transparente a toda la sociedad» y, en relación a los medios públicos, «hablar a más audiencias» y «funcionar más en términos de sistema».

Para avanzar en esas metas, dijo que se considera parte de «un equipo» integrado por la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, y el secretario de Comunicación, Juan Ross, abogado con experiencia en políticas públicas del área, con quienes están trabajando «en la tarea de acompañar la comunicación del Estado y del gobierno» como también en «su calidad».

Zapesochny buscará que su labor refleje las particularidades del país «plural, diverso y federal», y contó que por su condición de porteña que trabajó varios años en Tucumán -entre 2015 y 2019 fue secretaria de Comunicación Pública en la gobernación de Juan Manzur, actual jefe de Gabinete- «aprendió a los golpes a pensar en términos de economías regionales», experiencia que «le cambió la cabeza absolutamente».

Sobre el sistema de medios y el coronavirus, advirtió que en la Argentina «la politización de la pandemia» alcanzó un nivel «inédito» en comparación con otros países, con «publicaciones irresponsables que han hecho que muchas personas no vayan a vacunarse, tomen hidroxicloroquina o dióxido de cloro», y que frente a la vacunación se llegó incluso al «periodismo de guerra».

La secretaria de Medios es feminista, integró la Agencia Internacional de Periodismo de Género y es la primera mujer designada en ese cargo, un rol en cierto modo de pionera que ella misma definió como un rasgo transversal de la gestión del Frente de Todos.

«Lo que viene a traer este Gobierno, y es muy interesante, es incluir el género en todas sus políticas», estimó Zapesochny durante la entrevista, realizada en el Centro Cultural Kirchner en el marco del encuentro federal de corresponsales, que ella misma cerró junto a la presidenta de la agencia de noticias, Bernarda Llorente.

«Aunque sea un deber del Estado, llevar adelante una campaña de vacunación de estas características ha sido una epopeya: vacunar a tantos millones en tan poco tiempo. Y la responsabilidad de los medios públicos tiene que ser acompañar con información responsable y de calidad, porque eso hace a las buenas decisiones de la gente», afirmó la funcionaria.

-Zapesochny, ¿cómo se imagina la comunicación pospandemia?

-Lo primero es que estamos adentro de la pandemia todavía. Fíjense lo que hay en Inglaterra, donde hay un rebrote, con un repunte de casos muy importante, aunque con una población altamente vacunada, por lo que no se ve una repercusión tan fuerte sobre el sistema de salud. Esto, a los periodistas, nos debe llevar a acompañar muy responsablemente, porque todo lo que escribamos o asumamos sin conocer, y no identifiquemos realmente tras investigar, buscar fuentes y chequear, puede repercutir en la salud mental de la persona. De hecho ya repercute.

-¿Cómo vio el tratamiento de la información sobre el coronavirus?

-Los medios han tenido -al igual que la política- gran responsabilidad en muchos de los efectos de la pandemia. Vivimos 24 horas frente a la tele, a Internet o la radio, sobre todo los que somos grupo de riesgo, como en mi caso, que soy diabética. A muchos la vacuna nos salvó la vida. Vi morir a muchos amigos diabéticos, familiares de familiares, amigos de familiares. Y tuve miedo, la verdad. Yo nunca había pensado en la muerte.

Siempre había pensado que en una pandemia iba a ser «súper-chica», y la verdad es que la pasé en mi casa, con miedo, con trastornos de ansiedad. Los medios no nos ayudaron a las personas. Cuando en un medio se publica que no se va a llegar a vacunar a niños hasta fin de año (por el 2021) y hoy tenemos más del 20% de los niños vacunados, eso queda en evidencia. O cuando cuando ya tenemos a la población mayor de 18 años vacunada con una dosis en más de un 70%. Hay un lugar donde uno tiene que plantar bandera blanca: convertirlo en un espacio neutral. Estamos hablando de salud pública. Pero esa bandera blanca se tiroteó, se quemó. Y eso cuesta vidas, salud mental. Sin embargo, es impresionante el esfuerzo de haber hecho una campaña de vacunación masiva en tan poco tiempo.

-¿Qué nuevos objetivos se plantea con los medios públicos y qué políticas aplicadas va a refrendar? ¿Cuál es el desafío frente a las redes?

-Recuperar el valor del medio y ponerlo en relación con los demás en términos de sistema. Funcionar más como sistema. Sería lo ideal. La pandemia no ayudó a quienes se hicieron cargo de los dos primeros años de gestión, porque seguro tenían estos mismos objetivos. Todo el equipo que acompañó a Pancho (Meritello) quería lo mismo que yo estoy planteando ahora. En relación con las redes, el Estado tiene una gran responsabilidad de hablar a más audiencias, que no consumen medios tradicionales. Para hablarle a más audiencias hay que aprender de las nuevas generaciones.

-¿Se puede optimizar el periodismo con perspectiva de género desde la comunicación del Gobierno?

-Soy la primera mujer que se sienta en este cargo; eso me trae más responsabilidades. Entré al periodismo de salud cuando, a comienzos de la década del ’90, comprobé el impacto de esos temas en la vida de las mujeres. A las más jóvenes tenemos que agradecerles todo lo que han ayudado a visibilizar, pero otras hicieron un camino fortísimo.

Antes las mujeres no firmaban en medios gráficos. Me acuerdo que fue una sorpresa cuando firmaba Ana Ale en Clarín, o María Luisa Mac Kay. Entonces, hoy es muy interesante que el Gobierno tenga a Mercedes D’Alessandro (directora nacional de Economía, Igualdad y Género) en el Ministerio de Economía estudiando cuál es el impacto de la crisis en la mujer hoy. Lo mismo pensé cuando vi a Marco Lavagna (titular del Indec), que está trabajando el censo del año que viene, que no se hizo en el 2020 por la pandemia, y me contaba que se incorporó al censo la perspectiva de género.

-¿Cómo se pueden dotar a los medios públicos de políticas de Estado cuando el período de los funcionarios y funcionarias en el cargo suele ser corto? ¿Qué prioridades perfila para su tarea?

-Vamos a tratar de hacer todo lo que tenemos que hacer. Generar mecanismos que sean cada vez más transparentes, de mejor calidad, de más profundidad, de una mirada que no sea solo la coyuntura de las noticias. Proveer información y análisis de perspectivas. Yo le propuse al jefe de Gabinete que el Gobierno, por ejemplo, pueda hacer dosieres de lo que ha hecho, con informes periódicos, estadísticas, con análisis. Sería bueno que pudiéramos ir un poco más allá y evaluar lo que está pasando con la pandemia a nivel global. Nos hizo falta hacer hincapié sobre eso, porque no fuimos una isla en el mundo.

Por ejemplo, el gran problema que tuvimos con la distribución de AstraZeneca fue cuando la India se dio cuenta que está teniendo una situación catastrófica, que empiezan a crecer los casos y el gobierno indio le dijo a un laboratorio privado: «Paremos acá, no sale una vacuna más». El tema de los laboratorios es muy complejo, tiene una trama de complejidad enorme, similar al petróleo, por ejemplo. Desarmar eso no es tan fácil, no es lineal. Y frente a todo eso sí hubo un periodismo de guerra.