Operadores del rubro gastronómico consideran que la situación actual en bares y restaurantes de Salta es «pésima y catastrófica» y tienen muy malas expectativas respecto del futuro de ese rubro por los efectos de la cuarentena por el coronavirus.
El presidente de la Cámara de Hotelería y Gastronomía de Salta, Eduardo Kira, dijo a Télam que la situación «es pésima y catastrófica, con muy malas perspectivas y expectativas totalmente desfavorables» y estimó que el rubro «será el último en reaccionar».
Según explicó, en el futuro «si bien habrá protocolos, la gente va estar temerosa al principio, así que no menos de tres meses se necesitarán para comenzar a andar en la actividad. Los resabios del miedo van a quedar» y estimó que eso puede «terminar de liquidar prácticamente a un 50% del sector».
«Soy absolutamente pesimista. No hay prácticamente expectativas para el sector. Más del 90% somos Pymes, con un promedio de diez empleados cada uno, y es muy difícil que haya una reserva económica en cada uno de estos negocios como para no trabajar durante tres meses», agregó.
Soy absolutamente pesimista. No hay prácticamente expectativas para el sector”
Eduardo Kira
Comentó también que «entre hotelería y gastronomía, son 50 mil las personas que dependen directamente en toda la provincia», y sostuvo que «estos tres o cuatro meses van a ser catastróficos, de una magnitud que no se ha visto en la Argentina».
En tanto, Fidel Pugioni, que es propietario del restaurante Mandinga, ubicado en el Paseo de los Poetas, de la capital salteña, contó a Télam: «Nosotros salimos desde los primeros días con la alternativa del delivery» porque «tenemos un local con muy poca espalda», que necesitaba «tratar de bancar los costos, el personal, el alquiler y todo lo que implica mantener un negocio».
«Estamos trabajando a un 25% de lo que lo hacíamos antes de esto y no nos alcanza» más que para pagar sueldos, algo del alquiler y de los servicios, explicó Pugione, quien destacó que trabajan poco con las empresas de delivery, porque el precio tiene una diferencia notable.
Las expectativas a futuro «son bastante oscuras. Creo que gastronomía, espectáculos, turismo y hotelería va a ser de lo último en abrir. Tenemos una leve esperanza que tal vez en junio se pueda con ciertas restricciones», pero «muchos me desalientan de ese pensamiento y hablan ya de septiembre», agregó.