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La foto del pasaporte de la mujer.

La estación Callao del subte D sumará la denominación «Raquel Liberman» (1900-1935) en homenaje a una mujer polaca que no se conformó con escapar de una de las redes de trata más poderosas de Sudamérica en los años ’30, sino que con su denuncia permitió que la justicia apresara 108 explotadores y librara orden de detención de 334 prófugos por el mismo delito.

El cambio de nombre fue aprobado por unanimidad en primera lectura el pasado 28 de noviembre por la Legislatura a partir de un proyecto presentado por Patricia Vischi (UCR-Evolución) y el próximo lunes se desarrollará la audiencia pública virtual prevista para estos casos, antes del tratamiento en segunda lectura donde se descuenta que la iniciativa conseguirá la aprobación definitiva.

En diálogo con Télam, Vischi dijo que la expectativa es que «para fin de año» se haga efectivo el cambio de nombre con toda la cartelería y remodelación asociada, y que la estación sea reinaugurada con su nuevo nombre «para el día de lucha contra la violencia de género» que se conmemora el 25 de noviembre de cada año.

«Nos pareció muy importante que fuera esta estación del subte D porque la vida de Raquel Liberman se desarrolló en esta zona, donde ella fue victimizada pero también donde ella, cuando pudo recuperarse, pudo poner un comercio con mucho sacrificio para criar a sus hijos», dijo.

Con el cambio de nombre que irá acompañado con murales e información sobre la vida de esta sobreviviente de trata que murió prematuramente a la edad de 35 años, se busca «redimensionar la figura de esta mujer que vino a buscar un futuro y terminó siendo víctima de organización de trata de personas» con su denuncia desbaratada, de la misma manera que estación Santa Fe lo hace con el referente del colectivo LGBT+, Carlos Jáuregui.

Fuentes parlamentarias informaron a Télam que la audiencia se hará bajo la modalidad mixta, que permite la participación presencial y virtual, tanto de los diputados como de los oradores que se inscribieron a la convocatoria.

Según indicaron, serán 17 las personas que expresarán su postura respecto de la ley que ya cuenta con una primer aprobación legislativa del 28 de noviembre del año pasado y que, para su sanción definitiva, requiere de la instancia de la audiencia pública.

En la audiencia, prevista para las 15.30 y que podrá verse por el canal de Youtube de la Legislatura, harán uso de la palabra activistas y representantes de organizaciones feministas, destacándose la participación de la embajadora de Polonia en la Argentina Aleksandra Maria Piatkowska y de la autora de la biografía novelada de Raquel Liberman, Myrtha Schalom.

Para la escritora, «visibilizar a aquellas que han pasado por la historia» impulsado cambios positivos pero «sin ser nombradas», es muy importante porque «nos permite mantener vivos sus ideales y hacerlos propios», sobre todo en «un momento en que las mujeres estamos en la ola de la renovación» y cuando cobra cada vez mayor fuerza discusión abolicionismo/reglamentarismo.

Una imagen de Raquel Liberman con sus hijos.

Una imagen de Raquel Liberman con sus hijos.

«Hay que entender que la historia tiene que también estar presente en el futuro, y si queremos mantener viva la memoria, tenemos que regresar a ver qué pasó entre 1875 y 1936 cuando nuestro país optó por el sistema reglamentarista», dijo.

Durante esos 61 años, «los municipios otorgaban licencias a aquellas casas que funcionaban como prostíbulo», una actividad que era vista como «un mal necesario» en el marco de la avalancha de inmigración europea mayoritariamente masculina, cuyas «necesidades» se buscaba atender con coterráneas, atento a sus presuntos gustos.

«Pero no resultó como lo esperaban los gobernantes de la época y las consecuencias fueron nefastas porque esas mujeres morían muy jóvenes -extenuadas por las exigencias diarias- o terminaban internadas en los ‘sifilicomios’, porque no tenían otra vivienda que no sea el prostíbulo adonde la policía tenía la autoridad de reintegrarla si querían irse y eran constantemente revictimizadas con revisiones (obligatorias) de enfermedades venéreas», dijo.