Los estudios y la prevencin, claves para una deteccin temprana.
Neurólogos y cardiólogos destacaron que «la prevención» con conductas de vida saludables y la «detección precoz» de los síntomas de un accidente cerebrovascular (ACV) pueden reducir al mínimo los daños, la posibilidad de muerte o discapacidad, por lo que insistieron en la necesidad de generar conciencia en la población.
Además, en entrevistas con las corresponsalías de Télam, los especialistas señalaron que la pandemia de coronavirus generó complicaciones en estos casos dado que muchas personas interrumpieron tratamientos o evitaron acercarse a tiempo a los centros de salud.
“Tenemos que tomar conciencia que el 80% de los casos se puede prevenir, por eso debemos estar atentos a los signos y síntomas de alerta, porque es una ventana de tiempo de no más de 4 horas que tenemos los médicos para poder revertir, en muchos casos de forma total, una muerte o una discapacidad”, explicó en Santiago del Estero Miguel Jacobo, jefe de Neurología del hospital regional Ramón Carrillo e integrante de la Sociedad Neurológica Argentina.
En ese sentido, señaló que “el tiempo es cerebro” e indicó que esta enfermedad “muchas veces prevalece más en hombres” y que en los últimos tiempos “ha superado la mortalidad que provoca el cáncer de mama en las mujeres”.
Entre los factores de riesgo, destacó a la hipertensión arterial, ya que “sólo el 17% de estas personas hipertensas tienen un adecuado control y controlada la enfermedad”, y el resto “no sabe que tiene o no puede controlarla”.
En Córdoba, el cardiólogo Fabio Mennitte manifestó que se observa con “mucha preocupación” que, durante la pandemia, muchos pacientes “no siguieron con las consultas ni los tratamientos por el temor a concurrir a los centros de salud”.
Esa situación ha llevado a que “hoy se vea mucha gente que llega a los consultorios ya con secuelas de infarto de corazón y ACV con varias horas de evolución”, debido a la falta de atención primaria, explicó el especialista del Centro de Rehabilitacion Cardiovascular San Francisco de La Falda.
En Mendoza, el neurólogo Santiago Pigretti dijo que tras varias campañas de concientización, “la gente va aprendiendo sobre la enfermedad, mejoró sus conductas con pautas saludables y tiene mayor conocimiento de la importancia de llegar rápido al hospital ante los primeros síntomas” e indicó que desde hace unos años se han organizados unidades de tratamiento en el hospital Central, el Español y el Lagomaggiore y en las clínicas de Cuyo, Santa Isabel de Hungría, y del Carmen “donde dan el mejor tratamiento”.
“Hacemos campañas de concientizacion de una enfermedad que en Argentina es la cuarta causa de muerte y la primera en discapacidad, que afecta mayormente a adultos mayores de 50 años con mayor afectación en hombres pero que deja más secuelas en mujeres dado que ellas viven más”, añadió.
En La Pampa, la médica intensivista y de medicina crítica Laura Vigliota dijo que la conmemoración mañana del «Día Mundial del ACV es una nueva oportunidad para remarcar la importancia de la prevención como una meta deseada, que aún estamos lejos de lograr».
Y, remarcó la importancia de la detección precoz, ya que “el tiempo es cerebro, es decir cuanto antes se realice la consulta, se haga el diagnóstico y se inicie tratamiento, hay más posibilidades de recuperación y por ende menor secuelas», así como también constituye un «pilar importantísimo una vez diagnosticado, el iniciar la rehabilitación integral y precoz».
En Neuquén, la neurocirujana y especialista en enfermedades vasculares cerebrales Miriam Vicente destacó que la provincia trabaja en una ley de ACV para establecer un registro único de esos pacientes “para estimular la prevención y la promoción de los factores de riesgo en la población y para que el tratamiento de ACV sea universal para todas las personas”.
Vicente manifestó su preocupación porque con la pandemia “el problema que hubo es la falta de asistencia de los pacientes a los controles preventivos, de tratamiento por hipertensión arterial, colesterol, diabetes, insuficiencia renal y por otro lado que los pacientes que están sufriendo un ACV o con sospecha no acuden a los centros de salud por miedo al contagio”.
Aseguró que “un paciente con un ACV o sospecha de que lo está sufriendo es fundamental que sea atendido porque cada minuto luego de producido el episodio produce la muerte de 2 millones de neuronas” y advirtió que “con el confinamiento la gente está comiendo peor y más, creció el sobrepeso, disminuyó la actividad física y el no acudir a tiempo a un centro de atención es posible que nos encontremos con más pacientes en el momento en que salgamos de esta pandemia”.
En Río Negro, la neuróloga Diana Goyochea, del hospital Francisco López Lima de General Roca dijo a Télam que “los síntomas son bruscos y de instalación súbita” y apuntó que los ACV son frecuentes en personas mayores de 55 años, pero también se dan en adolescentes y en niños por lo que “en menores se buscan otros tipos de causas que pueden ser alteraciones sanguíneas, enfermedades de la sangre, trombofilia, o alteraciones cardíacas”.
En San Luis, el cardiólogo Jorge Luis Alvarez -integrante de la Sociedad de Cardiología Argentina y varias veces presidente de la entidad puntana- señaló que «independientemente de las causas del ACV, los síntomas tanto en el hemorrágico como en el isquémico son comunes y en el caso del hemorrágico se agrega un dolor de cabeza súbito, intenso, no se toleran la luz ni los ruidos».
Una prueba que recomendó hacer el cardiólogo es si la persona puede cerrar los ojos y tratar de levantar los brazos y si hay dificultades se puede presumir la presencia de un ACV, tras lo cual recomendó «la consulta rápida, temprana, no automedicarse» y hacerse tratar en centros que dispongan de personal especializado y capacidad tecnológica .
El ministro de salud de Chubut, Fabián Puratich, aseguró que «los accidentes isquémicos pueden ser transitorios y se recuperan a los 15 minutos o muy graves, lo que demanda en este último caso un gran esfuerzo para el sistema sanitario».
«Hay una demanda de trabajo clínico, del servicio de cirugía y en la mayoría de los casos un enorme esfuerzo en el proceso de rehabilitación», explicó y afirmó que «en caso de compromiso cerebral, dependiendo si es moderado o severo, hay un proceso de rehabilitación que suele también tener componentes sociales fuertes porque no siempre afecta a población mayor que está jubilada, sino que la padecen quienes están en plena actividad económica con lo cual hay allí un problema social para el paciente y generalmente para el grupo familiar».
En Buenos Aires, la emergentóloga Mariana Montes, del hospital San Martín de La Plata y directora del Comité de Emergencia Neurologica SAE, creó en 2016 con otros especialistas un registro interno en el servicio de emergencias, con los pacientes que llegaron con ACV.
Los datos del último año (octubre a octubre) muestran que entraron 109 pacientes y de esos, 64 fueron por ACV isquémico. Mientras que los años previos los casos, de 2016 al 2019, fueron el 66% por ACV isquémicos y el 27% hemorrágicos, el 56% en pacientes de 51 a 75 años, y el 37% hipertensos.
Asimismo, indicó que la especialista Mercedes Soler, también integrante del Comité y médica del San Martín y de El Cruce, armó un registro único que ingresó a su vez en un Registro Latinoamericano de Terapia Intensiva por neurocovid y detectó que «en 2 meses de registro, tenemos 11 pacientes que fueron positivos para Covid-19 que concluyeron su situación clínica, mejoraron o fallecieron en la sala de emergencias. De esos 11 hay 10 varones, todos de entre 47 y 85 años”.
“De estos, el 72% de los pacientes ingresó por manifestación neurológica predominantemente”, indicó y señaló que hubo una mortalidad “alrededor del 70% de los pacientes.
En Jujuy, el último año “aumentaron los ACV de tipo isquémico más que los hipertensivos”, reveló Romina Martínez, médica del hospital Pablo Soria y dijo que un factor preponderante fue el aislamiento obligatorio.
Martínez indicó que el ACV “afecta más a hombres que a mujeres, un promedio de dos hombres por una mujer y el rango etario con mayor visibilidad es de 45 a 65 años”.