«El comercio con la UE no escapa a la regla general de cada sin precedentes del comercio global», dijo Grinspun.
El embajador argentino ante la Unión Europea, Pablo Grinspun, trabaja en Bruselas desde 2016, cuando fue designado embajador ante el Reino de Bélgica y el Gran Ducado de Luxemburgo, pero desde junio último se desempeña en esa ciudad (sede de los principales órganos de Gobierno de la UE) como embajador argentino ante el bloque europeo, y desde donde mantuvo una entrevista virtual con Télam.
Télam:¿Bruselas se vio afectada en el trabajo diario de los órganos de la UE por la pandemia de coronavirus?
Pablo Grinspun: Claramente. En Bruselas, como en casi todas partes, la pandemia ha golpeado muy fuerte. La UE fue muy rápida y contundente en su respuesta a tal situación. A mitad de marzo, las instituciones europeas suspendieron las reuniones presenciales primero, y la semana siguiente se había ya dispuesto el trabajo remoto en todas las dependencias de las áreas de la administración de la UE (Comisión Europea, Consejo Europeo y Parlamento Europeo). Desde entonces, no han vuelto a la normalidad. El Parlamento Europeo permanece cerrado para todo aquel que no trabaje allí, mientras que la Comisión trabaja en forma presencial y rotatoria, entre el 20 y el 30% del staff.
T:¿Cuál es la misión que le encomendaron el Presidente y el Canciller?
PG: Tenemos una agenda muy amplia con la UE, que abarca prácticamente la totalidad de las políticas públicas. Compartimos valores universales como la democracia, la defensa de los derechos humanos, incluyendo las políticas en materia de género y diversidad, la defensa del multilateralismo y el estado de derecho. Es uno de nuestros principales socios comerciales y principal inversor. Con Europa nos unen lazos históricos, económicos, culturales y familiares. Me han pedido que profundice la relación, basándonos en estos lazos y valores comunes.
T: ¿Hoy cómo está el comercio argentino con la UE y qué expectativas hay en un contexto de enorme caída del comercio internacional por la pandemia?
PG: El comercio con la UE no escapa a la regla general de caída sin precedentes del comercio global. No obstante, según cifras de fuente europea, en el primer semestre de 2020 comparado con igual período de 2019, nuestras exportaciones a la UE no sólo no cayeron sino que aumentaron un 3%, superando los 3.200 millones de euros. Una explicación es que el período considerado toma sólo los primeros meses de pandemia y que además los alimentos y productos agropecuarios en general son de los pocos que se salvaron de una caída estrepitosa en el comercio internacional. Del lado de las importaciones argentinas de productos europeos, en el mismo período, hubo en cambio una caída de más del 25% acompañando la tendencia de las importaciones argentinas desde todo el mundo, lo que nos da, para el primer semestre de este año, una balanza favorable para nuestro país en más de 500 millones de euros.
Cabe recordar que los países europeos han apoyado la renegociación desde un inicio, y ese fue el mensaje que se llevó el presidente Alberto Fernández cuando, antes del comienzo de la pandemia, visitó a los líderes de Alemania, Francia, Italia, España y Portugal”
Pablo Grinspun
T: ¿La pandemia implicará una oportunidad o un retroceso en la relación?
PG: A partir de la pandemia los valores compartidos han abierto otras posibilidades de cooperación entre ambos espacios. Y ello no se circunscribe a la cuestión sanitaria. La pandemia genera desafíos en todos los ámbitos de la acción pública, profundizando desigualdades tanto al interior de los Estados como a nivel internacional. La forma en que se piensa y se busca dar respuesta a estas problemáticas sociales, educativas, de acceso a la tecnología, de protección de los derechos humanos, entre otras, son también puntos de encuentro.
T: ¿Cómo seguirá la cooperación científica después de la colaboración en la fabricación de la vacuna contra el Covid-19?
PG: La cooperación científica y tecnológica va mucho más allá del COVID-19. Tenemos un Acuerdo de Cooperación Científica y Tecnológica vigente desde 1999, en cuyo marco, la Comisión Mixta de dicho Acuerdo se reúne periódicamente para implementar una agenda de trabajo. Tal es la importancia de la cooperación científica bilateral que en el Ministerio de Ciencia y Tecnología funciona una mesa de enlace con la Unión Europea, para tratar esta extensa agenda.
T: ¿El nuevo lugar del Reino Unido en la UE nos beneficia en el tema Malvinas? ¿Cuál será la directriz en ese sentido?
PG: Mientras el Reino Unido fue parte de la Unión Europea, su posición sobre la disputa de soberanía debió ser asumida y defendida por los organismos europeos. Independientemente del formato de su futura relación con el bloque, desde el 31 de enero de este año el Reino Unido ya no es parte de la UE y ya no participa en la formación y decisión de posicionamientos políticos. Consideramos que esto permitirá a la Unión Europea escuchar mejor nuestro reclamo, y, eventualmente, apoyar los esfuerzos tendientes a una resolución pacífica definitiva.
En este sentido la directriz no difiere: seguimos reivindicando nuestra soberanía, presentando nuestros argumentos históricos, políticos, de derecho, geográficos y humanos en cada oportunidad y apelando a una solución pacífica y de consenso.
T:¿Cuál fue la impresión en Europa después del acuerdo argentino con los bonistas y qué papel juega la UE en el FMI?
PG: Los comentarios que he recibido de distintos funcionarios europeos destacan y celebran el acuerdo alcanzado con los bonistas. Cabe recordar que los países europeos han apoyado la renegociación desde un inicio, y ese fue el mensaje que se llevó el presidente Alberto Fernández cuando, antes del comienzo de la pandemia, visitó a los líderes de Alemania, Francia, Italia, España y Portugal.