Castillo no era submarinista sino personal de Inteligencia de la Armada.
La madre del cabo Enrique Castillo, uno de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que se hundió en 2017, murió hoy en la ciudad bonaerense Lomas de Zamora a los 77 años, informó la abogada Valeria Carreras, miembro de la querella que denunció operaciones de inteligencia del macrismo contra esos tripulantes.
«Hoy murió Lucrecia, a las 9.40; no pudo esperar más por verdad y justicia», dijo a Télam la abogada Carreras, quien detalló que la mujer falleció de un paro cardíaco mientras estaba internada con coronavirus.
Carreras, junto con sus colegas Lorena Arias y Fernando Burlando, son la querella mayoritaria en la causa «Mardel AFI», en la que se investigan tareas de espionaje sobre los marinos muertos y sus familias.
«La mamá de Enrique Castillo podría haber sido la tuya o la mía. Tenía la serenidad de la sabiduría y un modo de abrazar sincero, y la vida la golpeó de la forma más brutal al perder un hijo de una forma injusta», señaló la letrada.
Recordó que Castillo, oriundo de Lomas de Zamora, «no era submarinista sino que fue el único personal de inteligencia de la Armada en la nave y lo subieron rápido y sin preparación, ya que hubo otros ocho oficiales que no quisieron hacerlo».
A la madre, dijo, «solo le devolvieron excusas y explicaciones vacías. Nunca perdió la calma y nunca dejó de pedir Justicia. Hoy, en el Día de la Madre, la despedimos y especialmente una pequeña que ya despidió a su papá y hoy a su abuela».
Carreras aseveró que «por todas las mamás de los desaparecidos en el mar, y especialmente por su recuerdo, seguiremos luchando en búsqueda de verdad y justicia».
Este grupo de abogados querellantes imputó a las máximas autoridades del Centro de Integración de Inteligencia Táctica Atlántico (CIAT) «que envió a Castillo» a bordo del ARA San Juan, recordó Carreras.
Durante un acto de homenaje a Enrique en 2018, Lucrecia Castillo dijo que «como mamá quiero que lo sigan buscando, que lo traigan sea como sea; es mi hijo y yo lo voy a seguir esperando, que venga de nuevo conmigo».
El submarino se hundió en aguas del Mar Argentino en noviembre de 2017, cuando iba desde Mar del Plata a Ushuaia.