El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, consideró que la pandemia de coronavirus «desnudó la enorme desigualdad y el maltrato» que la humanidad «tuvo con el planeta» y propuso «pensar el mundo» en el que se vivirá en el futuro.
«‘Nos habíamos acostumbrado a vivir en un mundo enfermo’ dice el Papa Francisco y no podemos seguir acostumbrados a esto», expresó el religioso al reflexionar sobre la pandemia en un video-mensaje difundido por la oficina de prensa del Episcopado.
Ojea dijo, en ese sentido, que «no se trata de pensar que la pandemia es un paréntesis y que después del paréntesis vamos a volver a la normalidad».
«Los jóvenes saben, porque la pandemia ha desnudado una enorme desigualdad y el maltrato que hemos tenido con el planeta, que el paradigma tecnocrático, que nuestro sistema de vida ha mostrado sus fisuras y sus grandes límites», advirtió.
El presidente del Episcopado manifestó que «solo es posible poder pensar juntos en cambios profundos de estilos de vida, en cambios de hábitos de consumo, en el modo de relacionarnos unos a otros, en el modo de cómo tratar el planeta».
«En este contexto el Papa Francisco nos ha hablado de la posibilidad de instaurar un salario universal de emergencia, no solo para aquellos que trabajan en la economía popular sino para tantos trabajadores informales que tienen trabajos precarios y que no tienen cobertura social», reseñó.
El obispo sostuvo que esa propuesta «ha sido apoyada por la Comisión para América Latina de las Naciones Unidas» y consideró que «hay una gran sensatez en sentarnos para pensar, y ‘repensar’ el mundo que vamos a vivir, para regenerarlo, para volverlo a hacer de nuevo y aprovechar esta oportunidad».
Ojea pidió que esta reflexión no sea para echar las culpas unos a otros o acentuar divisiones o heridas históricas sino para la unidad ante un peligro común.
«Hoy es el peligro de la pandemia que se ha salido de madre, que no podemos controlar. Mañana será el gran problema de hambre y de la desocupación», advirtió.
El religioso llamó a sentarse «todos a la mesa a repensar» y sostuvo que «incluso aquellos que trabajan en la economía popular no pueden seguir recibiendo subsidios considerándose como asistidos».
«Tienen que participar activamente del proceso y sentarnos todos para poder escucharnos y unirnos en el ‘cómo salimos de verdad de este atolladero’ sin acentuar aquello que nos divide. Hay un cansancio muy grande en nuestra gente cuando acentuamos esto», alertó.
El obispo reseñó la conmemoración de los 200 años de la muerte de Manuel Belgrano y la celebración de la Iglesia Católica de la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, a quienes resaltó como «dos figuras que amaron tanto a la Patria y que amaron inmensamente a los pobres con una gran fe en Jesús y la Virgen».
«Aprovechemos estos dos grandes ejemplos para poder plantear para el país una mesa grande en la que nos podamos sentar todos para pensar como salimos», agregó.
Por último, convocó a repensar que en el futuro «no todo va a depender del Estado o del mercado sino que activamente tienen que participar las personas y las comunidades, los que nos están dando ejemplo y que están de pie para trabajar, para servirse, para atender al prójimo, esas comunidades que nos llenan de orgullo».