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Los directivos del geriátrico del barrio porteño de Belgrano donde murieron 10 residentes tras un brote de coronavirus deberán prestar declaración indagatoria desde el lunes por el delito de “homicidio culposo agravado por la multiplicidad de víctimas», en tanto que familiares de las víctimas aseguran que lo ocurrido es consecuencia de su “ambición desmedida”.

 

Patricia Olivera, hija de Héctor Olivera, de 86 años, que murió tras contraer coronavirus en el geriátrico Apart Incas, aseguró en diálogo con Télam que “todo ocurrió por la ambición desmedida» de los responsables del lugar, ya que no quisieron darles licencia por enfermedad a los primeros empleados afectados.

La mujer consideró que Hugo Eduardo Visca y Luis Daniel Megyes, propietarios del geriátrico; Daniela Alejandra Gonzalo y Alicia Haydee Allegue, presidenta y vicepresidenta de la institución, y la directora médica, Carla Lorena Raffo, fueron los responsables del «horror».

«Mi papá no se murió por el coronavirus, se murió por la ambición desmedida de estos tipos que manejaron todo mal y porque no quisieron darles licencia por enfermedad a los empleados y traer nuevas personas a trabajar», expresó Olivera.

«Lo digo como hija que lo amaba profundamente, mi papá no estaba bárbaro, pero tampoco al borde de la muerte, estaba sano físicamente», indicó la mujer y agregó: «Todo fue macabro, mi viejo no me podía llamar para que lo saque del geriátrico, tenía 86 años y padecía alzheimer».

Olivera relató que 15 días antes de que trascendiera públicamente la situación en el geriátrico ya había empleados con síntomas pero los dueños decidieron que éstos continuaran con sus tareas habituales.

El 21 de abril por la noche, cuando ambulancias del SAME concurrieron para trasladar a los residentes a distintos hospitales, Megyes aseguró ante la prensa que los familiares ya estaban enterados de la situación a través de un correo electrónico.

“Dicen que mandaron un mail general para que nosotros vayamos a buscarlos pero a mí no me llegó, me enteré por la televisión que estaban evacuando el geriátrico y salí corriendo», sostuvo Olivera y recordó los dichos de Visca y Raffo en los que exigían a sus empleados que “sigan trabajando pese a los síntomas que padecían”.

“No hay manera que estén contagiados si los residentes no están contagiados», señaló el mismo Visca en mensajes de audio a los que tuvo acceso Télam, en los que también afirma que «la doctora ya atribuyó algo distinto al Covid, no debería ser eso, transmitile la tranquilidad al resto del personal que trabaja como corresponde y a esas chicas que se fueron a hacer ver y quedaron internadas ahora que se jodan (…) veremos cómo les descontamos los días o lo que sea necesario».

Por su parte, la directora médica, Carla Raffo había catalogado como «catástrofe» que algunos familiares se hayan enterado de la situación previamente a la evacuación del Gobierno de la Ciudad.

Ante esta situación, ordenó: «Tratemos de que lo que pasa adentro no salga, me parece que es generar todo un trastorno al pedo, no pueden empezar a hablar de cosas que pasan adentro del instituto».

Ignacio Trimarco, abogado que representa a la familia Olivera, precisó que el fiscal Maximiliano Vence convocó a los directivos del geriátrico a prestar declaración indagatoria “desde el lunes” por el delito de «homicidio culposo agravado por la multiplicidad de víctimas».