Marcelo Argelles es fundador y fue presidente del Foro Argentino de Biotecnologa.
El presidente del Grupo Sidus, Marcelo Argüelles, afirmó que la industria farmacéutica argentina puede convertirse en «un polo regional de producción» de medicamentos, tanto biotecnológicos, como extractivos y farmoquímicos, y consideró que el sector «puede ser un gran generador de divisas para el país».
Argüelles es fundador y fue presidente del Foro Argentino de Biotecnología, también presidió el Centro Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (Cilfa), y actualmente ocupa la vicepresidencia de la Fundación para la Interacción de los Sistemas Productivo, Educativo, Científico-Tecnológico.
-Argüelles, ¿cuál es la situación del sector farmacéutico actualmente?
-El sector se está manejando en un esquema realmente privilegiado, respecto de la economía en general. Somos esenciales y nuestra actividad no se redujo al nivel de muchos otros sectores, que sintieron con más fuerza los efectos de la pandemia. El nivel de producción no se resintió, aunque la demanda bajó 10% en unidades. No podemos quejarnos respecto de la situación que se vive en otros sectores.
-¿Cómo analiza el manejo que hizo el Gobierno de la pandemia?
-Sin dudas fue una medida muy adecuada el cierre inicial, que evitó una cantidad de problemas mayor que hoy estaríamos viviendo. La prolongación de la cuarentena trajo circunstancias económicas complejas, de mucha gravedad para algunos sectores. Pero no hubo un cumplimiento estricto de la cuarentena después del inicio. Así que los resultados tendremos que revisarlos más adelante. Hoy todavía es prematuro para hacerlo. Aunque está claro que si no se hubieran hecho estos cuidados por parte del Gobierno, la situación sería peor todavía.
Argelles asegura que el nivel de produccin en sus plantas no se resinti.
-¿Hubo algún cambio para Sidus durante la pandemia?
-Hubo un cambio muy significativo, de trascendencia para la industria farmacéutica argentina, que fue un acuerdo alcanzado con la multinacional francesa Pierre Fabre para adquirir su capacidad de producción en el país. Y fue hecho en medio de la pandemia: hubo que negociar a través de Zoom y también firmar de manera digital. Esto es una muestra concreta de nuestra voluntad de seguir confiando e invirtiendo en el país. Lo más importante de este acuerdo fue mantener las fuentes de trabajo, ya que se incluyó absorber a 160 trabajadores.
-¿A qué apuntó la operación con Pierre Fabre?
-Pierre Fabre, una empresa francesa de dermocosmética y de productos medicinales muy arraigada en el mercado, decidió centralizar su producción en Francia y transformar la producción local. Algo que hicieron en el resto del mundo donde tenían presencia. Y llegamos a un muy buen acuerdo con ellos, con quienes tenemos una relación anterior, ya que fuimos los que introdujimos sus productos en 1997 hasta que ellos vinieron a producir al país. Les compramos las dos empresas que tenían en el país, una de dermocosmética y otra de materias primas de origen extractivo.
«En Sidus, pasaremos de facturar $ 3.500 millones a $ 5.500 millones al año, y de 420 a 580 trabajadores»”
-¿Cuáles son las expectativas hacia adelante con estas nuevas operaciones?
-Hay una cantidad de productos que vamos a comenzar a producir. El negocio absorbió cuatro operaciones, dermocosmética, odontología y dos farmacéuticas, una extractiva y otra medicinal. Además de una capacidad exportación muy significativa. Actualmente estas unidades exportan por US$ 10 millones al año, pero hay una potencialidad muy significativa de alcanzar nuevos mercados. Esto también representa para Sidus un aumento de estructura productiva, con la absorción de una nueva planta en Virrey del Pino (provincia de Buenos Aires). Pasaremos de facturar $ 3.500 millones a $ 5.500 millones al año, y de 420 a 580 trabajadores.
-¿Hay posibilidades de que Argentina se convierta en un polo de innovación y desarrollo farmacéutica a nivel regional?
-La potencialidad es muy alta, incluso nosotros mismos hace ya unos años fuimos los primeros desarrolladores de biotecnología en el país. La Argentina tiene muy buena capacidad para poder convertirse en un polo regional de producción de medicamentos tanto biotecnológicos, como extractivos y farmaquímicos. La industria farmacéutica tiene una producción nacional con empresas muy importantes. Hay un muy buen potencial para ese desarrollo.
-¿Puede ser también el sector un generador de divisas importantes para el país?
-Hay una larga tradición de empresas farmacéuticas importantes en el país y se puede dar esa posibilidad. Sin dudas que el sector puede ser un generador de divisas para el país. Tenemos un ejemplo, el de la vacuna para la Covid-19, en el que hay empresas argentinas involucradas. El país tiene un desarrollo enorme de integración de su industria y de posibilidad de producir las materias primas. La planta de Rovafarm (una de las adquiridas a Pierre Fabre) es un ejemplo: con la tráquea de un bovino se tiene un producto farmacéutico, el sulfato de condroitín que se utiliza para problemas osteoarticulares. Es un ejemplo máximo de grado de valor del sector agroindustrial. De una tráquea bovina se saca un medicamento que vale la tonelada mucho más que la carne del animal.
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