La empresa nacional NRG inauguró este miércoles su planta de procesamiento de arena en el parque industrial de la ciudad rionegrina de Allen, que con una inversión de US$ 200 millones permitirá proveer una variedad de producción para las operaciones de fractura en la formación no convencional de Vaca Muerta.
El evento inaugural fue encabezado este mediodía por la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras; la intendenta de la localidad de Allen, Liliana Martín; y el CEO de NRG Argentina, César Güercio.
Se trata de una planta modelo emplazada sobre un predio de 140 hectáreas de superficie, que contiene todas las etapas de tratamiento necesarias para transformar la arena cruda en el agente de sostén que cada operador necesita: lavado y corte húmedo, secado, clasificación y almacenamiento.
Güercio, en diálogo con Télam, dijo que la capacidad de producir entre 700 y 800 mil toneladas de arena por año, con la idea de proyectar un crecimiento hacia 2023 de 1,5 millones de toneladas acompañando el crecimiento esperado de la actividad y la demanda de las operadoras.
De acuerdo al operador, cada etapa de fractura de un pozo no convencional requiere 35 toneladas de arena, por lo que el abastecimiento debe ser contante en cada locación.
Para eso cada operación cuenta con silos móviles que pueden desplazarse al igual que los rigs de perforación y que permiten contar con el insumo necesario para 3 etapas precargadas.
Las canteras de arena rionegrinas, de unas 3.500 hectáreas de extensión, que identificó NRG tras cuatro años de exploración permitirán proveer de la calidad que requiere el no convencional, en una locación ubicada a unos 120 a 180 kilómetros de Vaca Muerta por lo que es la más cercana a las actuales operaciones.
«El proyecto reúne dos características a destacar: calidad (satisface la norma API 19C) y cercanía a las concesiones de la cuenca neuquina, como así también las ventajas ambientales que supone la reducción del transporte por camión y la utilización de caminos alternativos a los actuales, mitigando la congestión vehicular y el deterioro de las rutas más transitadas», agregó.
El emprendimiento requirió una inversión total cercana a los 200 millones de dólares, con una generación de aproximadamente 700 empleos directos entre la etapa de obra y la de producción, con una previsión de abastecimiento por los próximos 20 años.
Parte de esa inversión se destinó a los 180 camiones -100 de ellos a GNC- de la flota de transporte con tolvas especialmente construidas para la carga y descarga del material que asegurarán el abastecimiento, y a los que se sumarán otros 600 de bajo impacto ambiental con el desarrollo del proyecto.
Güercio estimó que en la actualidad Vaca Muerta requiere unos 2,5 millones de toneladas al año y ante la perspectiva de incremento de la demanda, la planta tiene capacidad de expansión en los mismos terrenos, aunque reconoció que «el negocio todavía tiene lugar para muchos jugadores».
El proyecto incluye otra cantera en la provincia de Entre Ríos cuyo tratamiento se realiza en la nueva planta de Allen, un laboratorio en la ciudad de Cipoletti y la producción de un aditivo sintético que complementa el agente sostén que se fabrica en el parque industrial del partido bonaerense de Ezeiza.
El directivo destacó que el funcionamiento de la planta «aporta, también, al desarrollo de economías regionales al trabajar en la cadena de valor con diversos proveedores y con emprendimientos locales».
«El uso racional del agua es un elemento central en la estrategia de preservación del ambiente por lo que la planta de lavado de arena cuenta con sistemas de recirculación del agua mediante los cuales puede recuperarse hasta un 90% del volumen utilizado», reseñó.
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