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Cambios en el humor y en el sueño, despertarse a medianoche, temor a contagiarse coronavirus e incluso hasta salir de casa son algunas de las consecuencias que la cuarentena produjo en los niños de entre cuatro y 11 años, según un trabajo realizado por expertas del Conicet.

El equipo, liderado por María Florencia Andreoli, Investigadora del Conicet La Plata en el Instituto de Desarrollo e Investigaciones Pediátricas, realizó un total de 814 encuestas en diferentes puntos del país a finales del mes de mayo y los cuestionarios fueron respondidos por las madres, padres o adultos a cargo.

«La alteración más frecuente que aparece es el humor cambiante, que alcanza al 45% de los chicos sin diferencias según el grupo etario», explicó hoy Andreoli, y agregó que «en la franja de los más pequeños, el 14,4% manifiesta atravesar un estado anímico alegre y otro 4,9% reporta nerviosismo y agresividad, reacciones que tienen un correlato menor para los más grandes, que mostraron esas mismas emociones en 7,4% y 0,8% respectivamente».

La encuesta también exploró lo referido a las preocupaciones generales y mostró que el 85% de los niños está bastante o muy informado sobre el coronavirus, y de ellos un 30% ha experimentado temor a contagiarse ellos mismos o algún familiar. También producto de la cuarentena, el 17% expresa que tiene miedo de salir de su casa. La enorme mayoría revela que extraña a sus parientes y amigos (90 y 83%, respectivamente), mientras que un 65% añora volver al colegio o a la práctica de algún deporte.

Otra pregunta que incluye la encuesta tiene que ver con la dedicación total a las tareas escolares, que en más de la mitad de los menores sondeados es inferior a dos horas diarias, un tiempo acotado si se lo compara con las cuatro horas como mínimo que los chicos pasan en el colegio durante un período normal de clases.

En cuanto a la rutina, el estudio arroja que el 45% ha mantenido un horario regular de actividades como dormir o comer similar al que llevaba antes de la cuarentena. Pero el 65%, en tanto, reconoce cambios en el sueño, concretamente acostarse más tarde que lo usual y despertarse con frecuencia por la noche.

En ese sentido, la psicóloga e integrante del equipo de trabajo, Marcela Padula señaló la importancia de sostener una rutina durante el aislamiento.

«En los menores supone un factor de organización y contención. Los cambios establecidos por la pandemia han generado cierta desorganización y pérdidas a nivel de lo cotidiano, entonces aparece una sensación de descontrol», señaló Padula.

Los resultados también evidenciaron un descenso del tiempo destinado a estar al aire libre, mientras que se observó una alta exposición a las pantallas.

De acuerdo al estudio, el 70,8% pasa un mínimo de 30 minutos diarios jugando con el celular, tablet o computadora, y el 28% lo hace por más de tres horas.

Este último valor aumenta junto con la edad de los niños. A estos números, además, hay que sumarle que el 87,2% mira televisión o videos durante al menos otra media hora.

«Con respecto actividades al aire libre, vemos que un poco más de la mitad de los chicos apenas supera los 30 minutos diarios, aunque la gran mayoría de los hogares que participaron cuentan con un patio o, al menos, un balcón. Un dato muy marcado es que ese tiempo se va reduciendo a medida que aumenta la edad», explicó Andreoli.

En cuanto a las inquietudes de los adultos, el sondeo reflejó que el principal motivo que los aqueja tiene que ver con sus hijos. En este sentido, la mayoría admite tener dos o más de las siguientes preocupaciones con respecto a los chicos: comportamiento (50%), educación (52%), exposición a pantallas (58%), y futuro (58%). En esta línea, también reportaron sentirse intranquilos por su ocupación laboral (57%), la economía familiar (55%) y la salud, sobre todo mental (50%). El 34% de los padres y madres considera «estresante» mantener entretenidos a los niños dentro del hogar.