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Sabrina Calandrn, a cargo de los temas de gnero en el Ministerio de Seguridad.

La Mesa Federal de Seguridad, Género y Diversidad, bajo la órbita de la cartera de Sabina Frederic, permitirá «el diseño de políticas orientadas a garantizar el respeto de los derechos humanos en el accionar de las fuerzas de todo el país y se crea el Sistema Único de Registro de Denuncias por Violencia de Género», explicó este domingo Sabrina Calandrón, subsecretaria de Derechos, Bienestar y Género.

En una entrevista con Télam, la funcionaria confió que tanto la Mesa como sistema de denuncias URGE «vienen siendo elaborados desde hace varios meses con el fin de generar un abordaje completo en esta problemática».

La Mesa Federal de Seguridad, Género y Diversidad fue oficializada el miércoles pasado, junto a la creación del registro, mediante las resoluciones 407 y 408 publicadas en el Boletín Oficial luego de «un trabajo de construcción distinto pero que data, en el caso del URGE desde febrero pasado, apenas llegamos a la gestión», contó Calandrón.

«En aquella oportunidad, en el Consejo de Seguridad Interior conversamos sobre la necesidad de tener un sistema de registro único que articule a todas las jurisdicciones en materia de denuncias sobre violencia de género, tanto las domésticas como las laborales», precisó.

La subsecretaria agregó que «desde ahí, empezamos a trabajar con todas las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, para tener un diagnóstico inicial» y que «ya abordamos varias conversaciones en distintas áreas como por ejemplo la referida a estadística, tecnología, etcétera».

«Se trata de un proceso complejo que hizo que pensemos en un sistema que pueda homogeneizar las denuncias de todo el país y se constituya como una base de datos que se pueda consultar de forma inmediata», explicó Calandrón.

Esto permitirá que en el momento que una mujer realice una denuncia el operador pueda consultar el registro y saber si existen denuncias previas, antecedentes del mismo caso, medidas preventivas previas, lo que a su vez, determinará una situación de riesgo que podrá ser alta, media o baja.

«Se podrá así, actuar de forma inmediata», agregó Calandrón.

El URGE

Por otra parte, el URGE tiene una «línea de comunicación con otros sistemas y organismos que pueden ser de valor para las denuncias como el Ministerio de Mujeres, la Corte, el Poder Judicial y se vino trabajando con el Ministerio de las Mujeres», explicó.

Confió que «si bien hay provincias que tienen sistemas informáticos, en otras, la toma de denuncias se hace en papel todavía, por lo que tuvimos que diseñar un sistema informático específico».

«Avanzamos en una primera etapa de diagnóstico de ese sistema, y ahora se está avanzando en lo que tiene que ver con las especificaciones técnicas de cada jurisdicción», amplió.

De esta forma, el URGE «convierte la toma de denuncias en una instancia parametrizada que permite una evaluación de riesgo a partir de parámetros más definidos en base a preguntas que están incluidas en el formulario de la carga», dijo Calandrón.

En otra instancia del sistema en sí mismo y de la atención en general incluye la capacitación de las fuerzas provinciales, «porque son quienes toman la denuncia», explicó la subsecretaria, y confió que «ya doce provincias se capacitaron en el abordaje de la toma de denuncias con criterios específicos».

Entre esos criterios figuran el de «no revictimizar a las personas, que las denuncias se tomen en espacios adecuados preservando la intimidad de las personas, evitar comentarios moralizantes o prejuicios de diferentes tipos, generar clima de confianza, etc».

«Son criterios que se van a reforzar y son parte del formulario de la toma de denuncia, además de que esta capacitación tendrá que renovarse periódicamente porque el personal también lo hace», aseveró.

Calandrón sostuvo que estas iniciativas se inscriben «en un cambio de paradigma más general que no se circunscribe sólo a las fuerzas policiales».

Pero advirtió que «la violencia por razones de genero ingresó tardíamente a la agenda de trabajo en el área de Seguridad ya que recién a fines de los años 90, se empieza a visibilizar este problema».

«Anteriormente las fuerzas tuvieron formas mecánicas y conservadoras de tratar la cuestión, como por ejemplo, la toma de mujeres para tratar con otras mujeres. Hoy hay que capacitar a todas las personas, de cualquier género, que deban abordar estas situaciones», sostuvo.

La funcionaria explicó que el Ministerio de Seguridad tiene «un dispositivo interdisciplinario donde llegan denuncias por violencia de género que puede ser intrafamiliares que involucre a personas de las fuerzas y también dentro el propio espacio laboral».

«El ministerio articula con los centros integrales de género que tienen todas las fuerzas de seguridad, y se establecen medidas administrativas que se van indicando en determinadas partes del proceso, y que pueden ser judiciales también si los casos están judicializados», añadió.

Sobre la Mesa Federal de Seguridad Género amplió con que «también surgió de conversaciones en el marco del Consejo de Seguridad Interior y reúne a todas las carteras de Seguridad de las provincias».

«Se hizo una primera reunión hace varios meses y encontramos que había muchas inquietudes que podíamos transformar en políticas», dijo, entre las que citó el diseño de «los centros integrales de género» en las distintas provincias.

«Otro de los temas a resolver fue el protocolo de adecuación de trato para personas LGTB y replicarlo en las provincias. Esto tiene que ver con la adecuación del trato y la interacción entre personal policial y personas de la comunidad», amplió.

Calandrón contó que en la actualidad hay alrededor de 17 personas trans en las fuerzas federales, de las cuales algunas «participaron en la presentación del protocolo» y que «todas esas personas hicieron su transición cuando ya eran miembros de las fuerzas».