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El papa Francisco reconoció el martirio de dos sacerdotes muertos durante el genocidio armenio entre 1915 y 1917, que se convertirán así en beatos, el paso previo a la santidad, informó el Vaticano.

El pontífice autorizó la publicación del decreto que reconoce «el martirio de los Siervos de Dios Léonard Melki y Thomas Saleh, sacerdotes de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos; asesinados, por odio a la Fe, en Turquía, en 1915 y 1917».

Según se explicó, Melki, que nació en Mabdat (Líbano) en 1881 y fue sacerdote maronita, además de fraile capuchino, fue asesinado en 1915 por negarse a apostatar.

En tanto, Saleh murió por las consecuencias de la dura deportación que sufrió junto a otros miles de armenios en 1917, tras haber acogido a un sacerdote armenio perseguido.

Con el nuevo decreto, Melki y Saleh serán proclamados, en fecha y lugar a definir, como beatos, el paso previo a la santidad, para lo que deberá reconocerse un milagro gracias a su intercesión, según las normas vaticanas sobre canonización.

En 2015, Francisco fue el primer pontífice el referirse públicamente como genocidio armenio a la matanza de cerca de 1,5 millones de personas, entre 1915 y 1917, a manos de la hoy Turquía, por entonces parte central del Imperio Otomano.

«El siglo pasado, la familia humana sufrió varias tragedias sin precedentes. La primera, que está considerada como el primer genocidio, golpeó al pueblo armenio», planteó entonces el Papa en una toma de posición que le valió un fuerte altercado diplomático con Turquía.

La decisión de Francisco fue tomada tras una reunión con el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el obispo Marcello Semeraro, responsable de los procesos de beatificación y santidad del Vaticano.