La Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº8 de Lanús “Almafuerte”.
A partir del 1º de septiembre, la presencialidad escolar cuidada volvió a toda la Provincia de Buenos Aires. Los protocolos fueron consensuados en la 109° Asamblea del Consejo Federal de Educación, a través de la Resolución 400/2021.
En la Escuela de Educación Secundaria Técnica Nº8 de Lanús “Almafuerte” la vuelta a la presencialidad fue clave para afianzar los conocimientos de los alumnos de cara a su ingreso al mundo laboral. La institución educativa provincial brinda orientaciones técnicas en Informática, Electromecánica y Construcción.
“En nuestro caso la situación fue muy difícil porque el taller requiere práctica. La carpintería, la metalmecánica. Nosotros no solo les proveemos a los chicos la maquinaria, sino que también les entregamos los materiales para los proyectos”, relata Osvaldo Remaggi, subdirector de la escuela, mientras recorre las instalaciones donde los alumnos realizan trabajos en hierro, madera, además de aprender en el laboratorio de Informática.
“Con la virtualidad no hubo una continuidad plena”, apunta Vicente Cersósimo, docente de Informática, desde el gabinete donde los alumnos programan en computadoras que brinda el establecimiento educativo. “En este caso, por el tamaño del gabinete, tuvimos que dividir los cursos en grupos más pequeños, para que se respeten las normas de cuidado”, agrega el subdirector.
“Estamos muy contentos de volver al taller. Por Zoom fue muy difícil seguir la cursada, necesitábamos la práctica””
Leandro, alumno de los últimos años
La escuela provincial “Almafuerte” se encuentra ubicada en el barrio Gerli, que comparte jurisdicción con los municipios de Avellaneda y Lanús, en el conurbano bonaerense sur. Sobre la calle Jean Jaurés, la institución se asienta sobre Lanús, a dos cuadras del límite con Avellaneda.
El establecimiento exhibe en sus vitrinas el orgullo de ser la primera escuela técnica de Lanús en la competencia YPF Interescolar. La compañía petrolera nacional les provee a los últimos cursos de cada establecimiento un motor, que los alumnos deben completar con carrocería y lograr las conexiones para competir Aires con los proyectos de otras escuelas en el autódromo de la Ciudad de Buenos. En la recorrida, el vicedirector muestra el último modelo, que compitió en la prepandemia, y también el diseño 2021, que está en pleno desarrollo.
“Generalmente el vehículo lo trabajan los alumnos de 6º año, con ayuda de los de 7º”, destaca Osvaldo Remaggi, añadiendo que estos últimos suelen estar más abocados a las prácticas profesionales que realizan por convenio con industrias de todo tipo: desde metalmecánica a obras en construcción, incluyendo compañías dedicadas a la informática.
“Estamos muy contentos de volver al taller. Por Zoom fue muy difícil seguir la cursada, necesitábamos la práctica”, relata Leandro, un alumno de los últimos años. “Muchos no se conectaban, entonces nosotros nos organizamos por WhatsApp para que no pierdan los contenidos”, señala sobre las dificultades que planteó la enseñanza virtual.
“El barbijo no nos molesta para nada, preferimos tenerlo a contagiarnos», apunta con respecto a los protocolos que garantizan la vuelta a la presencialidad cuidada.
Suena la campana y termina el turno tarde, mientras los padres, con distancia social, esperan en la puerta del colegio. “Para mí, lo más importante de la escuela no es la pedagogía, sino la sociabilidad”, cuenta Javier que tiene una hija comenzando la secundaria. “Cada uno aporta su granito de arena para que los protocolos se cumplan e ir saliendo todos juntos de esta pandemia”, concluye, mientras su hija se acerca a saludarlo con un puño, en compañía de un compañero de curso.