Despus del programa estudi Gastronoma, y ahora suea con hacer Nutricin. Hoy, como pblico, sigue la edicin 2020 del reality
Se confiesa ajena a la política partidaria y más todavía a los escándalos mediáticos. Por eso, Elba Rodríguez pasó por el prime time de la televisión y ganó la primera edición del reality MasterChef sin perder su esencia. Y dice que no se arrepiente. “Yo no me planteo si podría haber llegado a otro lado si tuviese otra personalidad, si me hubiese prestado más al show. No me gusta el escándalo, no es parte de mi personalidad. Odio generar conflicto y agrandar las cosas. Yo soy más tranquila y trato de sumar, de aportar desde ahí”, asegura.
Y no cuesta creerle ya que la cocinera de 29 años, hija de inmigrantes bolivianos, que emocionó a los jurados -Donato de Santis, Germán Martitegui y Christophe Krrywonis- con recetas regionales que había aprendido de sus ancestros invirtió el premio del certamen en hacerse una casita en el mismo terreno de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, en el que viven sus padres y su hermana. Hoy Elba sigue trabajando como administrativa en la Unidad de Pronta Atención de Avellaneda.
Mi encuentro con Evo
Su visita a Bolivia y su encuentro con Evo Morales en el Palacio de Gobierno.
Sin embargo, cuenta que una de sus mayores alegrías fue haber podido visitar Bolivia -ya consagrada vencedora del reality- y conocer al entonces presidente Evo Morales. “Él me invitó al Palacio de Gobierno y fue muy amable. Como era el aniversario de Bolivia estuve en los festejos. Allá me hicieron amocionar con el mensaje que me transmitieron y al decirme lo orgullosos que estaban porque no me olvidé de mis raíces”, recuerda.
Hoy se manifiesta ajena a la política argentina y a la del país de sus padres. “La política tiene que servir para transformar la sociedad. Ojalá ahora se acomoden las cosas en Bolivia. Ojalá se acomoden en toda Latinoamérica después de esta pandemia”, dice sobre las elecciones en las que se impuso el candidato del MAS, Luis Arce.
La vida después de la fama
A más de seis años de aquellos días, y en plena pandemia, la ganadora del primer MasterChef repasa su actualidad: “Desde que gané el concurso me convocaron a varios programas de televisión, pero siempre como invitada, nada fijo. Así que aproveché la pandemia para dedicarme a producir contenidos para mis redes sociales, recetas económicas y nutritivas para los que quieren aprender a cocinar o tienen más tiempo. Ahí la gente me sigue y me expresa el cariño que me tiene a pesar de que ya pasaron seis años”, explica mientras no deja de responder mensajes de cariño de sus casi 600.000 seguidores en Facebook, 67.000 en Instagram y casi 55.000 en Twitter y la semana pasada estrenó canal de Youtube.
Antes del 20 de marzo Rodríguez tenía una pequeña empresa de catering. Pero el coronavirus y un diagnóstico de linfoma de su papá, Ceferino, cambiaron sus planes: “Trato de cuidarme lo más posible , para cuidar a mi familia. Salgo poco porque mi papá acaba de terminar un tratamiento de quimioterapia y está esperando los resultados de los estudios para ver cómo seguir. Él tiene toda la energía pero tenemos que cuidarlo”.
En sus videos tiene ayudantes de lujo: su hija Agustina y su sobrino Julin.
Más allá de la generación de contenidos en las redes, Elba sigue con el trabajo que tenía antes de presentarse al reality culinario, en un centro de salud de Avellaneda. “Soy administrativa y recibo a los pacientes y los derivo. Fue complicado en los primeros meses de coronavirus, que no se sabía demasiado de la enfermedad, pero fuimos aprendiendo y nos dan todos los elementos para cuidarnos”, relata.
El resto de su tiempo libre, se lo lleva su hija Agustina, a la que alguna vez contó que cría sola. “Tiene cinco años y sale a mí en cuanto a la energía. Le gusta hacer la tarea, participar de las clases virtuales del jardín, cocinar, bailar. El otro día mi papá hacía arreglos en el patio y ella agarró un martillo y se puso a ayudarlo. Para mí es un orgullo como madre ver la energía que le pone a lo que hace”.
Elba junto a los jurados de MasterChef 2014.
Precisamente Agustina es la ayudante de cocina número uno en sus videos. Pero también se suman para aportar ingredientes, mezclar y revolver, Juliancito, el sobrino de cinco años de la cocinera y Candelaria, su ahijada. “Cocinar con ellos y compartir esta actividad en familia es mágico”, asegura y aclara que, a veces también participa de los videos su mamá Margarita, de la que aprendió gran parte de las recetas que cocina: cazuelas, estofados, flanes, picantes bolivianos y “bori bori”, un plato típico de la cocina paraguaya. “Me encanta toda la cocina regional latinoamericana. De hecho pienso sumar a mis redes vivos en los que charlo y cocino con gente de otros países: Venezuela, Paraguay, Perú para charlar sobre sus platos típicos”.
En busca de los sabrosos orígenes
“En mis recetas rescato mis orígenes por eso me gusta la cocina regional. Evoco los sabores de infancia de la tierra de mis padres en Bolivia y de otras regiones que pude visitar. Además muchas recetas latinoamericanas son bastante parecidas, solo tiene ciertas variantes. Hace poco hice una humita que se hace en Bolivia pero a diferencia de la que se come en el Norte argentino es dulce y lleva canela”, ejemplifica y se confiesa fanática de los productos tradicionales americanos: la quinoa, las distintas clases de maíz y la mandioca.
Para garantizar los ingredientes con los que realiza sus recetas, Elba armó una huerta en el fondo de su casa, en la que cultiva hierbas aromáticas, “yuyitos para el mate”, limones, papas, tomates, puerros, pimientos, verdeos y hasta caña de azúcar: “Tienen un sabor distinto e inconfundible y se lo aportan a las comidas, pero además es un modo de enseñarle a mi hija sobre el esfuerzo que hay detrás de los alimentos”, argumenta.
Guisos y estofados, sus preferidos de la cocina regional.
Para cuando termine la pandemia Elba tiene planeada una pasantía en un restaurante “para agarrar el ritmo” ya que, si bien estudió gastronomía, cocina a su tiempo y quiere sumar experiencia. A más largo plazo sueña con su propio local y , quizás, un programa en televisión. Mientras tanto, se gratifica con el cariño que la gente le hace llegar en sus redes. “Me piden consejo, me cuentan sobre sus vidas, sus problemas familiares o laborales. Yo trato de responderles a todos”.
En las últimas semanas la chef se sumó como jurado al concurso Potenciar que organizó el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación para apoyar proyectos generados por jóvenes. Será evaluadora y le tocará en suerte destacar las propuestas más viables: “Se presentaron unas 8000 propuestas y es muy bueno que existan y se multipliquen estos programas para apoyar a emprendedores. Ojalá surjan otros para otras franjas etarias. Una de las cosas buenas que tiene es que los ganadores deben devolver la ayuda colaborando con una ONG o institución”, avisa.
Una postal de su participacin en el reality.
El reality 2020
Sobre la edición actual del reality que la llevó a la fama, Rodríguez no arriesga pronósticos. “Recién comienzan y tienen que desenvolverse”, argumenta, pero si cuenta quienes le tocaron el corazón: “Claudia Villafañe porque es solidaria con sus compañeros; El Polaco, porque es genuino, y Vicky Xipolitakis, pòrque me sorprendió” y apunta una diferencia del jurado respecto del ciclo en el que participó: “El jurado está mucho más picante en sus devoluciones”.