En febrero de 2001 fue nombrado cardenal por el entonces Papa Juan Pablo II.
El Vaticano defendió la «respuesta inmediata» del papa Francisco en el denominado «caso McCarrick», el cardenal estadounidense a quien el pontífice impuso el año pasado la máxima sanción canónica por un caso de abuso sexual, y aclaró que hasta 2017 no hubo acusaciones fundadas contra el ex arzobispo de Washington.
En un extenso informe elaborado por la secretaría de Estado sobre la vida sacerdotal del ex cardenal Theodore McCarrick, la Santa Sede respaldó la «respuesta inmediata» que dio Francisco apenas recibió evidencias de abusos y dijo que fue san Juan Pablo II quien se «convenció» de la inocencia del excardenal pese a las primeras críticas.
«En el momento del nombramiento del arzobispo en Washington Theodore McCarrick en 2000, la Santa Sede actuó sobre la base de información parcial e incompleta», reconoció el Vaticano sobre el proceso de designación, puesta en funciones y posterior remoción del estadounidense, a quien Francisco dimitió en 2019 del estado clerical.
En un escrito que despeja dudas sobre la actuación de Jorge Bergoglio pero sostiene que fue su antecesor polaco el que creyó que las primeras denuncias eran «sólo voces, infundadas o no probadas», el Vaticano dio su primera versión pública sobre el proceso que derivó en el máximo castigo que impuesto durante el pontificado de Francisco.
En febrero del año pasado, el Papa despojó del estado clerical a McCarrick, ahora de 90 años, que en julio de 2018 había renunciado a su título de cardenal rodeado por denuncias de abuso sexual.
La condena canónica a McCarrick fue el resultado de un proceso por el presunto abuso sexual de un niño de 16 años que habría cometido hace más de 50 años, considerado uno de los ‘delicta graviora’ por el Vaticano.”
La sanción se dio luego de que el Tribunal eclesiástico para casos de pederastia sacerdotal, la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo encontrara culpable de violaciones al Décalogo de Comportamiento con adultos y menores, con el agravante de abuso de poder.
«Desgraciadamente, se cometieron omisiones y subestimaciones, se tomaron decisiones que después se evidenciaron equivocadas, entre otras cosas porque, en el curso de las verificaciones solicitadas por Roma en su momento, las personas interrogadas no siempre dijeron todo lo que sabían», agregó el director editorial del Vaticano, Andrea Tornielli, en un análisis que acompaña el Informe con el recorrido de las acusaciones y castigos.
Según el Vaticano, «hasta 2017, ninguna acusación fundada se refirió a abuso o acoso de menores; tan pronto como llegó la primera denuncia de una víctima menor de edad en el momento de los hechos, el Papa Francisco actuó de modo rápido y con decisión contra el anciano cardenal, ya retirado de la conducción de la diócesis desde 2006, primero, quitándole el purpurado y, luego, dimitiéndolo del estado clerical».
Pese a las denuncias que circulaban en su contra, McCarrick fue designado en 1981 obispo de la nueva diócesis de Metuchen y el 30 de mayo 1986 fue promovido a arzobispo de Newark, antes de ser designado arzobispo de Washington entre 2001 y 2006. En febrero de 2001 fue nombrado cardenal por el entonces Papa Juan Pablo II.
«En el momento de la elección del Papa Francisco, McCarrick tenía más de 80 años y, por lo tanto, estaba excluido del cónclave», planteó Tornielli en la nota adjunta al informe elaborado durante dos años.
«Sus hábitos de viaje no habían cambiado, y al nuevo Papa no se le entregó ningún documento o testimonio que le hiciera consciente de la gravedad de las acusaciones, aún sólo respecto de adultos, contra el ex arzobispo de Washington», agregó Tornielli al ratificar la actuación del pontífice argentino.
Según se desprende del Informe, «a Francisco se le dijo que había habido ‘rumores’ y acusaciones sobre ‘comportamientos inmorales con adultos’ antes de la nominación de McCarrick en Washington».
«Pero considerando que las acusaciones habían sido analizadas y rechazadas por Juan Pablo II, y bien consciente de que McCarrick había permanecido activo durante el pontificado de Benedicto XVI, el Papa Francisco no vio la necesidad de cambiar ‘lo que sus predecesores habían establecido’, por lo que no es cierto que haya eliminado o aliviado las sanciones o restricciones al arzobispo emérito», explicó Tornielli.
«Todo cambió, como ya se ha mencionado, con la aparición de la primera acusación de abuso de un menor. La respuesta fue inmediata», destacó Tornielli al ponderar la serie de medidas tomadas por el Papa una vez conocidas las pruebas contra McCarrick.
La condena canónica a McCarrick fue el resultado de un proceso por el presunto abuso sexual de un niño de 16 años que habría cometido hace más de 50 años, considerado uno de los ‘delicta graviora’ por el Vaticano.