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El hospital busc sostener el servicio a pesar de las restricciones de circulacin.

Médicos del hospital Garrahan realizaron un total de 26 trasplantes de médula ósea desde el inicio de la pandemia, lo que representa un logro importante si se tiene en cuenta que en 2019 se concretaron 40 intervenciones de ese tipo durante los 12 meses, según informó ese centro nacional de salud ubicado en el barrio porteño de Parque Patricios.

«Al inicio de la pandemia, en el Hospital se consideró posponer momentáneamente el trasplante en aquellos pacientes en los que la postergación no implicaba un riesgo elevado para su pronóstico. La prolongación de la pandemia hizo que algunos pacientes suspendidos inicialmente fueran incluidos nuevamente en el programa por la progresión o el riesgo de su enfermedad de base», dijo Raquel Staciuk, jefa del Servicio de Médula Ósea del Garrahan.

La tarea, según indicó un comunicado, «se realizó gracias al compromiso del personal del servicio de Trasplante de Médula Ósea pero también al aporte de las áreas de Laboratorio, Farmacia, Kinesiología, Alimentación y Esterilización».

«El servicio de Trasplante de Médula Ósea al igual que los otros servicios de trasplante de órganos ha podido continuar sosteniendo en el presente año el principal valor que distingue al Hospital: la equidad. Hacer llegar al que menos tiene y más necesita una medicina de la más alta complejidad y calidad», agregó Staciuk.

El trasplante de médula ósea se utiliza con fines potencialmente curativos en enfermedades graves de origen hematológico, oncológico, inmunológico y errores congénitos del metabolismo.

De los 26 trasplantes realizados hasta fines de septiembre, 9 fueron realizados con donantes no relacionados (DNR), 8 con donante familiar, 8 autólogos, es decir que el donante y receptor es el mismo paciente, y un trasplante haploidéntico, o sea un donante no compatible 100 por ciento.

Dado que los pacientes trasplantados permanecen inmunocomprometidos luego de recibir el alta, la atención ambulatoria durante la pandemia representó también un gran desafío y afrontarlo «significó revalorar también los criterios de seguimiento habituales, estableciendo una comunicación fluida a distancia, de manera de limitar en todo lo posible la concurrencia al hospital», destacó Staciuk.