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Especialistas en educación coincidieron en que es necesario evaluar las particularidades de cada escuela y también considerar la postura de los directivos para lograr el regreso seguro de los alumnos a las actividades presenciales y de revinculación en los establecimientos.

«Me parece bien habilitar la vuelta a distintas actividades o clases presenciales en localidades que tienen baja o nula circulación del virus, pero en donde no se da esta situación, no creo que haya que poner en riesgo a chicos, chicas ni a trabajadores», indicó a Télam el investigador y docente de la Universidad Nacional de Hurlingham (UnaHur), Gustavo Galli.

El investigador en Educación consideró que «a esta altura del ciclo lectivo, a un mes y medio de que finalice, hay que poner en valor lo hecho hasta acá, que implicó un gran esfuerzo de familias y docentes».

En referencia a la ciudad de Buenos Aires y la «reconexión» con los estudiantes que no tuvieron vinculación escolar, Galli consideró que «debe ser el Estado el que vaya en busca de ellos, porque no todos viven cerca de los playones de parques donde proponen que vayan».

Gabriel Brener, especialista en educación de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la UnaHur, destacó «que el problema es cuando un ‘semáforo’ se transforma en una norma permanente para la educación», en referencia a los niveles de riesgo acordados por referentes de Salud de las diferentes jurisdicciones y el Consejo Federal de Educación.

«Soy muy respetuoso con el saber de los otros y la resolución del Consejo se hizo en base al carácter médico epidemiológico», dijo Brener, y consideró que «hay cierta presión que se ejerce desde los medios de comunicación y el hastío de una población que lleva más tiempo del que imaginó en estado de excepción».

En esa línea, el investigador remarcó que hay que poder tramitar este problema entendiendo que estamos en una situación inédita: «No podemos resolverlo como si fuese la normalidad, ni pedir a la escuela que actúe de manera regular en un momento excepcional».

En referencia a la propuesta oficial porteña de revincular a 6500 alumnos, consideró que «esta reconexión presencial, porque no es vuelta a clases ni propuesta escolar, no minimiza la tensión de desigualdades que existían previo a la pandemia, y que se agudizaron con ella».

En tanto, el exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires, Gustavo Zorzoli, se mostró de acuerdo con el «semáforo» de niveles de riesgo y los 9 puntos acordados con el Ministerio de Educación y las jurisdicciones que fueron aprobados para su implementación en el Consejo Federal de Educación.

«Me parece bien que haya criterios más objetivos que den autonomía a las jurisdicciones, para que puedan decidir qué van abriendo en función de estos criterios, pero hay tanta heterogeneidad en las cuestiones edilicias de las escuelas que debe ser consultado con los directivos que están en territorio», consideró Zorzoli en diálogo con Télam.

Y agregó que hay muchas realidades disímiles entre las escuelas, algunas rurales u otras provinciales donde no hay ni red cloacal ni agua potable.

También consideró que a nivel psíquico y social «es fundamental la vuelta, el reencuentro para los chicos y chicas» y admitió que en cuestiones de conocimiento «es poco y nada lo que se puede hacer, por el tiempo que resta».

Por su parte, Claudia Romero, doctora en Educación de la Universidad Torcuato Di Tella, dijo que «el regreso a la presencialidad debe ser voluntario en estas circunstancias».

«Eso no está dicho en la resolución del Consejo y se debe aclarar, no obligar a las familias les va a dar confianza», remarcó.

Romero también consideró que «hay que decir con claridad que todas las escuelas se abren con guardias mínimas para resolver también cuestiones de inscripciones, que se están dando ahora».

Respecto al acuerdo alcanzado ayer por el Consejo Federal de Educación, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, recordó esta mañana que «no se estableció un regreso a clases presenciales de ningún nivel educativo».

«Se establecieron criterios epidemiológicos para dos instancias que se acordaron por unanimidad con las 24 provincias para dar más claridad en el regreso a clases presenciales, pero no se estableció un regreso de forma presencial en ningún nivel educativo», agregó Trotta a Radio El Destape.

El titular de la cartera educativa explicó el marco de análisis y evaluación de riesgo epidemiológico para el desarrollo de actividades presenciales y revinculación en escuelas en el contexto de la pandemia: “El indicador es una guía que mide la situación epidemiológica en una jurisdicción según sea leve, moderada o alta”.

Y recordó que «lo componen tres variables: la primera, mide las características de la circulación del virus, si hay casos importados o circulación comunitaria; la segunda, compara la cantidad de contagios en las últimas dos semanas con las dos semanas anteriores; y la última, es la ocupación de camas en terapia intensiva”.